Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Historia del Atletismo (del mío) - Capítulo 4 - La Waterpolo Krosa



Después de mucho tiempo sin hacer nada, volví a jugar a waterpolo. Por aquél entonces, hablamos sobre el año 1998 o así, entrenábamos y jugábamos en Sestao. Estuve jugando allí unos dos años. Y luego... llegó la hora de trabajar, con lo que no había mucho tiempo para dedicarle al deporte.

Alguna vez, ya viviendo en el Casco Viejo, salí a correr lo que entonces me parecía un mundo, desde el Arenal hasta el Puente de Euskalduna y vuelta. Tardaba una media hora o así, y volvía a casa más contento, y cansado, que unas castañuelas.

Un día de septiembre del 2002 me encontré con un vecino, compañero y amigo, Oskar Folgado, y hablando con él me dijo que el equipo de waterpolo había vuelto a sus orígenes, la piscina de Maristas, y que yo no podía faltar allí, viviendo, además, tan cerquita. El caso es que volví a jugar a waterpolo, y con ello volvieron los entrenamientos correriles cada principio de temporada. Eran pocos kilómetros y sólo durante un par de meses o así al año. Además, desde agosto de 2003 ya no fumaba, con lo que mi estado de forma era mucho mejor que otros años.

Y llegó noviembre de 2004, y con él de nuevo, la Herri Krosa de Bilbao.
A alguien del equipo, no recuerdo a quien, se le ocurrió la brillante idea de correrla con el gorro de waterpolo puesto, para “promocionar” nuestro deporte.

Nos apuntamos unos cuantos, aunque bastantes menos de los que al principio habían dicho que iban a correr. Yo pensaba que estaba en forma, pero ahora viendo la foto que nos hicimos veo que estaba bastante “fuertote”, cosa que para jugar de boya me venía muy bien.

Lo que pasa es que corriendo era un paquete, más aún que ahora. En los primeros metros de la carrera, ya iba hecho polvo, y para el kilómetro 2 ya estaba corriendo solo. El resto de la gente del equipo se había escapado y yo me quedé atrás, pasando la vergüenza de correr sólo y con el gorrito puesto.

Lo pasé bastante mal durante la carrera. Cuando pasé por Deusto, a la altura de la Casa Vasca, vi que en dirección contraria venían los de mi equipo, y decidí colarme y juntarme con ellos. Aguanté unos 100 metros a su lado antes de volver a quedarme sólo.
Llegué a meta destrozado y jurando hasta en arameo que no iba a volver a correr, que eso es de cobardes.

Aún así, me lo pasé muy bien y después de la carrera fuimos a tomar un pinchito y una cervecita que como hoy en día, es lo mejor de muchas carreras, el compartir charlas y risas con la gente que comparte tu afición por el deporte.

Y conseguímos lo que nos habíamos propuesto, promocionar el waterpolo, y para muestra un "par de botones"
Foto del DEIA


Héctor Ortega hablando para Canal Bizkaia
Tres semanas después de aquella carrera, nació Alba y desde aquel mismo día dejé de correr, de nadar,... de hacer deporte, pero valía la pena dejarlo por estar con la pequeñaja.

Nuevos objetivos


Me he tomado una semanita de vacaciones en esto del ejercicio, y espero que mis piernas lo hayan agradecido y lo hayan aprovechado porque ya se les acabó lo bueno. Desde ayer mismo he empezado de nuevo a meterles caña, yendo a spinning después de un mes sin aparecer por allí.

De momento no tengo definido exactamente qué objetivo marcarme para los próximos meses. Tengo muchas cosas en la cabeza, pero ninguna definida. Quiero ir a Laredo a “los 10 Km. en ruta más rápidos de Europa” a ver si consigo acercarme a la marca de los 40 minutos. También estoy pensando ya en el próximo maratón, que seguramente será (y mira que había dicho que no) el de Bilbao, el 30 de mayo. Había estado pensando en el de Vitora-Gasteiz, pero sólo falan 11 semanas y es muy seguido. Para el de Bilbao aún faltan 14, que no es que sean muchas más, pero esas tres semanas de diferencia, se notan.
El objetivo para este maratón sería intentar hacer un sub 3:20, pero sin estresarme demasiado con el tiempo final.
Y como no, tengo en mente estrenarme en TRIATLON. De momento ya me he comprado la bici. Una Kuips (Spiuk si lo lees al revés) de segunda mano, que tiene buena pinta aunque yo de bicis... ni idea. Antes de ponerme a andar con ella un poco en serio, voy a tener que practicar unos cuantos kilómetros.
Va a ser difícil compaginar todo esto del triatlón con la preparación para MaraBilbao’2010 pero como de momento lo del triatlón va a ser sólo una toma de contacto, haré lo que pueda.

Yolanda, dile a Jose que este verano se prepare para salir por ahí con la bici, jejeje. Y no tengas vergüenza de escribir un comentario, y como tú, varios de los que soleis pasaros por aquí a leerme un ratito. Si queréis claro, que aquí no se obliga a nada, faltaría más.

Todo lo que empieza... tiene un final


Después de tanto tiempo pensando en el viaje, en las cosas que ver, en la carrera, reserva de vuelos, hoteles.... llega el día de irnos. Aún así aprovechamos el tiempo, ya que el vuelo lo tenemos por la noche.

He dormido muy bien, con las piernas cansadas pero nada exagerado. Nada que ver con los otros dos maratones. No me molestan para nada, y puedo andar, correr, saltar...así da gusto.

Tal y como nos pasó el primer día, llueve. Pero el tiempo no nos va impedir hacer la última excursión al centro. Para nuestra sorpresa, vemos que los Reales Alcazares están abiertos, así que decidimos entrar a pesar de la lluvia.
Despúes de comer volvemos a la Plaza de España a matar el tiempo hasta la hora de coger el autobús que nos lleve al aeropuerto.

Ahora toca descansar una semanita. Luego empezar a trotar y empezar también a pensar en nuevos objetivos, nuevos retos...

DIA D, HORA H

DOMINGO 14 DE FEBRERO DE 2010
Prontito suena el despertador, a las siete aunque yo ya estaba despierto. Me viene a buscar Gloria al hotel a las 7:30 y derechitos para el estadio. Allí me cambio y voy a la cita con Gandalfin y Zelko, que era a las 8:15. Sólo está Gandalfín, y de Zelko no tenemos ni idea, pero no aparece. Y mientras escribo esto en el aeropuerto (aunque lo mandaré más tarde) sigo sin saber que ha pasado con el.

Gandalfin viene cambiado así que enseguida salimos a la pista para calentar un poco. Cuando quedan 5 minutitos o así, le dejo casi en primera fila y yo me voy a mi zona.
La salida la dan unos minutos tarde, y los primeros metros por el estadio y la salida del túnel son un poco caóticas, casi andando. Hace frió, unos 4º, y creo que voy a echar de menos unos guantes. Antes de llegar al primer Km., saludo a un chico del equipo “Los lentos de Torreblanca” que corrió el nocturno y estuvo tirando de mi unos Km.

Entre el saludo y lo lento que hemos salido del estadio, pico el primer Km. en 5:50, pero no me preocupo porque esto no ha hecho más que empezar. Por lo menos la carretera es muy ancha y hay sitio de sobra para correr. Me cruzo con Gandalfin y más tarde con Tortxu y les doy ánimos.

Los primeros Km. me encuentro muy cómodo y pongo un ritmo crucero de 4:50 más o menos, pensando en que cuando llegue el del mazo pueda tener un colchón de unos minutillos. Los avituallamientos se van alternando, unos con agua y esponjas y otros con agua, naranjas y aquarius. Bebo agua en todos y aquarius y naranja en todos los que hay. Esponjas ni una, que con el frío que hace cualquiera se echa agua por encima.

Van pasando los Km. y sigo yendo muy cómodo, con pulsaciones en torno a 148 y cómo no hay ni una cuesta, las mantengo muy bien. No noto ningún cansancio, y aunque llego a la media según el tiempo oficial casi en 1:45, creo que es tiempo bruto, porque yo creo que iba un poco menos. Aún así, voy sobre el plan previsto y sobre todo con sensación de ir sobrado.

Empieza a subir la temperatura, aunque nunca pasa de 11 grados, al menos lo que yo veo. Lo peor de todo es que el recorrido es bastante feo y las avenidas son larguísimas con lo que se hace eterno. Hacía el Km. 30 más o menos vamos a Triana. Empiezo a pasar a gente que se me había ido al principio, ya que yo sigo con mi ritmo crucero y sin la más mínima molestia. De todas formas aún no las tengo todas conmigo, porque sé que el del mazo te puede atacar en cualquier momento. Pero de momento no veo ningún asomo de que ande por ahí.

Nos acercamos al final, y en el puente de la Barqueta, en el último avituallamiento con naranjas, cojo una y me sienta muy mal, haciendo que casi me pare a potar, pero consigo reponerme y volver a coger el ritmo, aunque ya se nota que estamos en el 39-40 y las piernas ya no van como antes. Con un último esfuerzo, intento mantener el ritmo aunque no lo consigo del todo. Sin embargo no subo en estos dos últimos kilómetros de 5’05” por Km.

La entrada al estadio es una pasada, con las sensaciones a flor de piel, buscando a Patricia y a Alba en una grada abarrotada de gente. La recta de meta se hace larga, y casi no veo por la emoción. Además, las pulsaciones se me disparan, poníendose en 170 y no por el sprint, que no hago. Al final el reloj de meta maraca 3 horas 28 minutos pero mi tiempo final real es de 3 horas 27 minutos 20 segundos. He conseguido el objetivo bastante sobrado y por primera vez en los tres maratones que llevo, sin dar un solo paso andando.

Después una duchita y rápidamente voy a buscar a mis niñas. Me encuentro muy bien, cansado pero muscularmente genial. Después de comer, nos vamos al hotel a descansar un poco y yo aprovecho y me bajo al Spa para recuperar las piernas, que aunque no están demasiado mal, se merecen un premio después de tanto entrenamiento y sobre todo después de haberse portado tan bien durante toda la carrera.

Las sensaciones son inmejorables, y no estoy para nada cansado así que después del circuito termal, nos vamos otra vez al centro a seguir paseando. Mañana será otro día.

Sábado, sabadete


SÁBADO 13 DE FEBRERO DE 2010

Por lo menos no llueve. A las 12 habíamos quedado con Gloria para que nos llevara a recoger el dorsal al Estadio Olímpico y luego a Isla Mágica, que es dónde se celebra la comdida de la pasta.

Nos levantamos prontito y decidímos un pequeño cambio de planes. Nos vamos a la Torre del Oro a coger un barquito de esos que surcan durante una horita el Guadalquivir. Mientras íbamos en dirección al mar, se podía estar muy agusto en cubierta, pero cuando giró para ir hacia La Cartuja.... que frío. Nos tuvimos que meter dentro.

Al final, en lugar de recojernos en el Hotel, Gloria pasó a buscarnos a la Torre del Oro.
Y por fín vamos al estadio. Si tengo que ir sólo no llego porque por fuera no parece el típico estadio. Tiene la pinta de ser un edificio de oficinas.
Tras una breve cola para recoger el dorsal y la bolsa del corredor, que tenía una camiseta de tirantes técnica, unos pantalones, gorra, pin, llavero, mapa..., damos una vueltita por los stands que hay, viendo un poco de todo.
Y luego a comer.

Que organización. La verdad es que se merecen un 10. Había un montón de voluntarios, unos dirigiendo la cola, otros sirviendo la comida, otros abateciendo a los que servían la comida. Incluso a nosotros nos ayudaron a llevar la bandeja de Alba a una de las mesas.

Luego dicen que las comparaciones son odiosas, pero es que no hay color. Comparas lo que montan allí y lo que sufrimos por aquí y te desesperas.

La comida fue en el Fuerte de Isla Mágica, un sitio cerrado, abrigado del frio que hacía fuera. Con animación musical. Si es que hasta los macarrones estaban buenos. Y la comida, abundante. Un plato de pasta, un yogurt, una manzana, pan, bebida a voluntad.
En fin, que tenemos mucho que aprender. Y todo por 16 euros de inscripción.
Volvímos pronto al hotel, siestita y luego más paseos, hasta que llegó la hora de la cena. Fuímos a un italiano, a seguir “hidratándome” para el gran día. Faltan horas.

Llueve sobre mojado

VIERNES 12 DE FEBRERO DE 2010

El viernes empezó bien. Nos levantamos a buena hora, preparamos la mochila y nos fuimos a buscar un sitio para desayunar. Encontramos a la vuelta de la esquina del hotel, un bar que tenía buena pinta, Baco se llama. Desayunamos estupendamente, tanto, que todos los días fuimos allí a desayunar. Bueno, todos los días menos el domingo.

La siguiente parada fue la Plaza de España y allí, empezó la tortura. Nada más llegar, empezaron a caer unas gotas de lluvia. Poca cosa. Sin embargo, mientras Alba subía y bajaba por los puentes en obras la lluvia fue aumentando, así que sacamos los paraguas, que ya no dejaríamos en todo el día. Además, de los 18 grados que Gloria nos había dicho que había hecho el día anterior, no había ni rastro. El termómetro que vimos marcaba 4º.

A pesar de todo, seguimos paseando, entramos a la Catedral, subimos a la Giralda...Después de comer, y después de sufrir un atasco por que andaban por allí los Príncipes de Asturias, nos fuimos a la habitación, y mientras Alba y Patricia descansaban, yo me fui al gimnasio del hotel para trotar un poco en la cinta.

Bueno, lo de trotar es un decir, porque yo nunca había corrido antes encima de un aparato de estos, así que lo programé como pude para hacer 30 minutos.

Empecé a correr y al poquito tiempo rompí a sudar como hacía tiempo que no me pasaba. Al principió lo achaqué a que estaba corriendo en un gimnasio, pero cuando acabaron los 30 minutos y los 5 de enfriamiento y vi que sólo había corrido 5,5 pensé que la cinta estaba mal pero luego me di cuenta, que en el display de la distancia recorrida, ponía tanto Km como millas, así que seguramente hice 5,5 millas (8,84 Km) en 35 minutos, lo que supone que a ese ritmo podía haber hecho un 10.000 en menos de 40 Km. Conclusión, estoy muy bien entrenado.
Luego hice unos estiramientos y a la ducha. El resto del día, seguimos paseando bajo la lluvia, y con un frío de narices.
El caso es que el viernes ni en alimentación ni en descanso, hice nada bueno para el maratón. No paramos de andar, subiendo las treintaypico cuestas de la Giralda, paseos para aquí y para allá...Pero lo pasamos bien.

Empieza la fiesta

JUEVES 11 DE FEBRERO DE 2010

08:00.
Nieva
Tal y como estaba previsto, ha llegado el temporal. Creo que es el tercero del año. Hay algún puerto cortado, aunque dicen en la radio que las principales carreteras están abiertas y sin problemas. Patricia no ha ido a trabajar. Es lo mejor, porque estando como están las carreteras, es mejor no arriesgarse. Sin embargo, el no estar trabajando va a hacer que su nerviosismo aumente, y más como siga nevando.

09:10
Sigue nevando.
Llevamos a Alba al cole. Bueno creo que es Alba porque va tan tapada con bufanda, gorro de lana, el gorro del abrigo, guantes... que igual ni era ella.
De momento la nieve no cuaja, y parece que va a tener que nevar mucho para que lo haga.

10:30
Que manera de nevar.
Hace mucho tiempo que no veía nevar así. En la terraza de la oficina está empezando a cuajar la nieve, y en la Web del El correo Digital empiezan a decir que se están produciendo muchos accidentes de chapa y cruces de vehículos.

12:30
Parece que escampa
Por lo menos hace ya un rato que no nieva como antes. La nieve que se había acumulado en la terraza, se va derritiendo poco a poco. Artxanda está blanco, pero es menos intenso que hace un rato. Voy consultando la página del aeropuerto de Bilbao para ver las incidencias que se van produciendo, y lo único que veo es que los vuelos salen con algo de retraso, pero salen.
Mierda, vuelve a nevar.

14:52
Bien, no nieva
Ahora sí que sí. De vez en cuando cae algún copo, pero ni mucho menos lo de esta mañana. Dentro de una hora y media o así, saldré de la oficina para buscar a la peque. No sé quien de los tres está más nervioso. Alba lleva varios días diciendo que está nerviosa por ir, y esta mañana a las siete ha dicho que ya no quería dormir más. Se dormirá en el avión.

Hasta ahora, he escrito según pone las horas. A partir de aquí escribo con todo el pescado vendido, el martes 16 de febrero de 2010.

Todos los temores que fuimos teniendo sobre si el avión despegaría o no por el tiempo, se despejaron a media tarde cuando dejó de nevar de la forma que lo había hecho por la mañana.
El avión salió puntual y llegamos a Sevilla tras un vuelo agradable, 15 minutos antes de la hora prevista. Allí nos esperaba Gloria, a la que no dejaré de darle las gracias por cómo nos ha tratado estos días. Siempre con la sonrisa en la boca. El caso es que gracias a ella, llegamos al hotel a la hora que tendríamos que estar cogiendo el autobús en el aeropuerto, lo que nos permitió descansar más pronto. Habíamos dejado Bilbao nevando, y llegamos a Sevilla con unos 13-14 grados. De momento todo iba genial.
Además, el hotel es una maravilla. Recién reformado, moderno, habitaciones perfectas, con todo lujo de detalles. Deshicimos las maletas, salí a buscar algo de cenar y nos metimos en la cama a dormir.

Resumen Semanal, Sevilla -1

Hay una canción de Fito y Fitipaldis que se titula Sevilla de Bilbao. Bueno, más que canción es una melodía, ya que no tiene letra. Viene muy bien para ir calentando motores y que la mente empieze a dibujar la estrategia de la carrera.



Mientras suena la canción, os cuento que esta semana pasada ha sido, en cuanto a los entrenamientos, mucho más extraña que la anterior.

El lunes hice la tirada larga que ya está contada con la semana anterior, con lo que no cuenta para esta. 0 kms.

El martes me lo tomé de descanso, para que las patas se vayan descargando de kilómetros. Aunque en realidad la idea sí era salir a trotar un poco, pero una personita con cara de ángel me pidió que me quedara en casa a jugar con ella, así que... no salí. El miércoles... San Blas. Y se me olvidó comprar los cordones. Siempre los compro, pero este año se me ha ido el santo al cielo, nunca mejor dicho.

El miércoles, la otra personita de la casa fue a ponerse más guapa aún, y yo me quede jugando otra vez con la peque. 0 Kms.
El jueves...Feliz Cumpleaños. Sí, yo tambien cumplo años, y el jueves calleron 37. Lo celebré en el Tximipark.... ya que tambien es el cumpleaños de Hugo y Laura.
El viernes...tampoco salí. Celebré mi cumpleaños con la family. Alguna cerveza y 0 kilómetros.
Sábado sí. Este día si que cumplí. Por la mañana tocaba piscina con Alba, y mientras ella hacía el cursillo (que bien nada la tía), yo intenté hacer unos largos. Pocos, porque el cursillo ocupó la calle donde suelo entrenar, y me tocó nadar en la de “los lentos”. Muy incómodo ir todo el tiempo esquivando gente. Y luego, depués de una buena comida (demasiado buena para luego correr), salí hasta Olabeaga. 15 kilómetros para bajar los garbanzos. Creo que estuvieron rebotando por las paredes del estómago durante todo el recorrido. Qué incómodo.
Pero bueno, aún quedaba el domingo para intentar recomponer la desastrosa semana. Fuimos con los amigos a comer y a jugar a Bolos. Que divertido. Pero luego me dio tantata pereza salir, porque además hacía frio..., que me quedé en casita. Total kilómetros semanales... 15.
Lunes: Descanso (aunque hice 21,5 kms, corresponde a la semana anterior)
Martes: Descanso
Miércoles: Descanso
Jueves: Zorionak
Viernes: Descanso
Sábado: Natación ,800 metros, 15 kilómetros sufriendo la garbanzada.
Domingo: Bolos. Ahora sí que la cuenta atrás está activada.
Se pueden contar ya las horas que quedan para despegar rumbo a Sevilla. Ahora la preocupación empieza por el tiempo. Primero el tiempo en Bilbao, ya que las previsiones anuncian nevadas para hoy, mañana... hasta el lunes por lo menos, y basta que tengamos que coger un avión, para que caiga nieve como nunca.
Y luego el tiempo en Sevilla. Creo que nos vamos a mojar, tanto en el maratón como los días de turismo. Dicen que la lluvia en Sevilla es una maravilla. Y no lo niego, pero ...¿tiene que llover cuando voy yo?

Historia del Atletismo (del mío) - Capítulo 3 - La Puta Mili



Firrrrrrrmes, arrr.

Febrero de 1996.
Si, llegamos a la mili. Yo fui uno de los últimos en hacer el Servicio Militar Obligatorio, más conocido como la Puta Mili. Y dentro de lo que cabe, yo fui uno de los afortunados que “sólo” perdió 9 meses en cumplir con la patria. Además me tocó cerca, en Pamplona, y salvo el campamento, 2 meses que estuve en el cuartel de Berriozar, el resto lo hice en el Gobierno Militar, en oficinas. Así que dentro de lo malo no lo pasé mal.

Y es en la mili donde vuelvo a cruzarme con el atletismo.

Ya no recuerdo, pero creo que era a diario cuando debíamos ponernos el chándal, la camiseta y las zapatillas para hacer gimnasia, que bonito conjunto. Las zapatillas, ideales para la practica del atletismo ya que tenían una buena amortiguación.



Bastante de esos días nos dedicábamos a correr por una pista que había rodeando el cuartel, después de unos bonitos y coordinados ejercicios de calentamiento conjunto en el patio.

Durante el periodo de instrucción, en el que nos enseñaban cosas tan útiles como desfilar, disparar un Cetme, canciones sobre el honor, tácticas de guerra bacteriológica... (cosas todas ellas que me han servido de mucho en mi vida), como digo salíamos a correr por pistas llenas de piedras y barro. Fue en ese tiempo cuando sufrí mi primera lesión de rodilla.

Durante una de esos entrenamientos, me empezó a doler la rodilla izquierda, tanto que al final no podía ni andar. Entre dos compañeros me llevaron a la silla de la reina hasta la enfermería. Durante el trayecto, nos cruzamos con un teniente, que muy amablemente nos preguntó a ver si me estaban llevando así por cachondeo. Menos mal que le convencimos de que no era así, y de que me dolía de verdad, que si no igual estamos todavía en el calabozo.
El caso es que me diagnosticaron gracias a las diferentes, costosas e intensas pruebas que me hicieron, una tendinitis. Me dieron una pomada y Rebajado. Me tiré dos semanas sin hacer instrucción, sin volver a casa el fin de semana y al final juré bandera en enfermería.

Y pasaron dos meses. Y nos dieron destino. Y llegué al Gobierno Militar de Pamplona, en pleno centro de la ciudad. Allí ya no teníamos obligación de hacer gimnasia por las mañanas, aunque si queríamos hacer, podíamos, siempre que a las 10 estuviésemos en nuestro puesto. Como estábamos al lado del parque de la Ciudadela, salíamos todos los días, unos a correr, otros a jugar a pala en el frontón, y otros a pasar el tiempo.

Al poco de estar allí, convocaron pruebas de ascenso a Cabo. Y yo me presenté claro, porque en lugar de cobrar las 1500 pesetas que cobraba al mes, podía llegar a las 10.000. El teórico lo pasé sin problemas, y la parte práctica consistía en dar dos vueltas a la ciudadela corriendo. Yo pensaba que ya lo tenía, pero... no tenía la práctica que tengo ahora en esto de correr. Empecé bien, regulando y yendo en el grupo, pero cuando íbamos a completar la primera vuelta me escapé. Cogí una buena ventaja y creía que podía llegar así hasta el final, pero mis piernas no estaban acostumbradas a correr rápido durante mucho tiempo, así que se fueron cansando, y bajando el ritmo, y la caja tampoco funcionaba como ahora, así que los pulmones también dijeron basta (buena caña les metía entonces con el tabaco). Me cogió el grupo. Me pasó el grupo. Me pasó hasta el último.

No llegué a Cabo. Pero no pasa nada. Si hubiera llegado a ser Cabo seguramente no hubiese podido tirarme los 7 meses que me pegué jugando al Golf en el ordenador con el Sargento. Que tiempo más bien invertido
Descansennnnnnnnnnn, arrr.

Resumen Semanal, Sevilla -2


Esta semana ha sido totalmente atípica, aunque a sólo 2 semanas de la gran cita, no creo que me haya venido del todo mal.

La semana empezó con una pira a spinning, pero en su lugar, hice la tirada larga de la semana anterior, por lo que a efectos “estadísticos”, para esta semana no cuenta.
La tirada larga de esta semana, tampoco la hice ayer domingo, así que hoy volveré, seguramente, a hacer pira y saldré a hacer unos 20 kms o así. En teoría debería ser la última tirada larga un poco fuerte, porque ya no queda nada.

Para ocupar la cabeza en otras cosas, me ha dado por buscar alguna bici de segunda mano para iniciarme en el ciclismo, siempre con la vista puesta en debutar este verano en algún triatlón. En principio me gustaría hacer algún triatlón sprint, que son 750 metros nadando, unos 20 kilómetros en bici y para terminar, 5 kilómetros corriendo. En natación y corriendo, no tengo ningún problema, pero la bici.... no he andado nunca con una bici de carreras. Por eso, la búsqueda de una bici de iniciación, está siendo muy difícil, porque no me quiero gastar mucho dinero y las que cuestan poco, o no son de mi talla (todo un mundo esto de las tallas de las bicis), o son unas reliquias.

En realidad puedo disponer de la bicicleta que usó mi padre durante sus años ciclistas, lo que pasa es que casi la podríamos meter dentro del grupo de las reliquias, con los pedales clásicos, cambios en el cuadro... y, además, igual es un poco pequeña.

Volviendo al tema de los entrenamientos semanales, me he dado cuenta que todos los ritmos medios de todos los entrenamientos ha sido inferiores a 4:50, lo que me da cierta confianza para Sevilla, porque para el maratón, el ritmo esperado es 5:00. Además, he ido muy cómodo en todos los entrenamientos, menos el del sábado y fue por el aguacero.

Debería haber hecho más kilómetros, pero el jueves no estaba anímicamente en condiciones para correr. En números, la semana ha ido así:

Lunes: Descanso (en realidad hice la tirada larga de la semana anterior, pero ya estaba contada allí)
Martes: Descanso
Miércoles: Rodaje de 12 kilómetros a ritmo vivo.
Jueves: Rodaje de 6,4 kilómetros, bajo la lluvia y con la cabeza en otro sitio
Viernes: Descanso
Sábado: 12,5 kms con un intenso aguacero
Domingo: Descanso

Demasiado descanso a tan poco tiempo del final, pero ya he comentado que la semana ha sido muy rara.