Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Bilbao, Semana 3


No es lo que estaba planeado pero no está mal. La semana ha ido bastante bien en cuanto a entrenamientos. Han sido bastante variados.

Es cierto que ésta era la 3 semana del plan y aún no he hecho ninguna tirada larga (siempre peco de lo mismo, pocas tiradas largas) pero no me preocupa mucho de momento, porque los demás días hago bastantes kilómetros de media.

Empezó la semana con la clase de spinning. Esta vez no fue tan fuerte como otras veces pero, aún así, no estuvo mal. Había pensado llevarme las zapatillas de bici para ir practicando con los pedales automáticos, pero al final decidí que lo mejor era tener sólo una referencia, la de la propia bici de carretera que al final es la que cuenta.

El martes fue el primer día de estas dos semanas que dediqué a correr sin hacer el circuito de cuestas. Fueron al final un pelín más de 15 kilómetros dando vueltas al parque. Me encontré muy cómodo, aunque es verdad que se nota que ya no estamos en invierno y que la boca empieza a secarse. Antes, incluso en las tiradas largas invernales, era muy raro el día que paraba a beber. Ahora es casi obligatorio aunque las distancias sean menores.
De todas formas se nota que llevo una buena racha de entrenamientos, porque las pulsaciones se mantienen bastante bien, dónde antes subían por encima de las 160.

El miércoles cayeron las primeras series después de muuucho tiempo sin hacer. Después de los primeros y típicos 5 kilómetros de calentamiento, empiezo ha hacer un 2x5x500, es decir, 5 series de 500 metros, dos veces. Entre cada 500 metros debía descansar un minuto (andando) y entre las dos tandas de 5, debía descansar 2 minutos (también andando). En cuanto a los ritmos que marca el plan, eran entre 2.04 y 1:45. El primero de los ritmos es “fácil” hoy en día, pero el segundo implica un ritmo por kilómetro de 3:30, algo que hoy en día para mí es totalmente imposible.
Al final me han salido bastante bien, rondando casi todas alrededor de 1:55. Mirando los entrenamientos del año pasado, hice esas series a unos 2:04 con pulsaciones incluso más altas.

El jueves tenía intención de hacer un entrenamiento parecido al del martes, pero al final decidí que era mejor entrenar la “aerodinámica” jeje, así que fui a cortarme el pelo, que ya era hora. De todas formas fui despues a correr hasta la hora de ir a buscar a Alba. Me dio tiempo ha hacer otros 9 kilómetros aproximadamente en, también aproximadamente unos 41 minutos. Tanta “aproximación” se debe a que el fore (el GPS que uso para correr) se volvió un poco loco, y a parte de no localizar bien los satélites, me marcaba que iba a un ritmo de 4:40 y de repente me marcaba 1:23. Parece que fue algo momentáneo, o eso espero. Algún día hablaré de estos gadgets que usamos los deportistas.

Después de 6 días seguidos de entrenamientos, el viernes tocó descansar.

El sábado volví a la acción. Tocaba piscina mientras Alba también nadaba. Me daba un poco de pereza meterme al agua, sobre todo porque desde que en el cursillo de Alba ocupan dos calles, a mí me toca “pelearme” para adelantar y esquivar a los nadadores menos rápidos. Antes era una gozada, ya que había una calle enterita para los nadadores expertos, y aunque a veces alguien no experto intentaba meterse, con dos pasadas que les pegaba se volvían a las otras calles. El caso es que, aún así, hice un entrenamiento bastante bueno, con un 1500 inicial en 25:30, un 4x50 cada minuto y un 2 x 25 a tope, y luego100 crol para soltar.

Por la tarde aproveché la hora de la siesta para estrenar la bici. Tenía muchas ganas de hacerlo, ya que la bici está en casa desde principios de febrero, pero entre unas cosas y otras no he encontrado tiempo. Así que me cambié de ropa, cogí la bici, el casco y las zapatillas y me fui a la calle.
Empecé dando alguna vuelta por el bidegorri del polideportivo para ir acostumbrándome a los pedales automáticos, ya que nunca había usado unos. En cuanto lo tuve un poco claro, cogí carretera y me bajé al bidegorri de Campo Volantín. Al final entre semáforos, pruebas y demás, cayeron mis primeros 18 kilómetros en bici. Muy contento con las sensaciones y me vi bastante bien. Y es que no parto de cero en cuanto al darle al pedal, porque el spinning me ha servido de “entrenamiento”. Sólo tengo que ajustar (yo o un mecánico) el desviador delantero de la cadena, ya que roza bastante.

Si pincháis en este link, podréis ver la ruta que hice:


El domingo, teníamos plan así que la intención era salir a correr prontito por la mañana, ir luego a la piscina y dedicar la tarde a estar con los amigos, pero el cambio de hora hizo que desistiese de lo de correr. Y eso que no me desperté muy tarde, pero cuando miré el despertador, ponía las 8:35, aunque realmente eran ya las 9.35. Entre levantarme, desayunar, preparame... no salía para antes de las diez y media, y como tenía que ir luego a la piscina, no me daba tiempo a hacer la tirada larga que debería haber hecho.
De todas formas, en la piscina volví a hacer un buen entrenamiento, aunque más corto de lo habitual. 1000 Metros iniciales y después de 50 suaves, pretendía hacer un 8x50 muy fuertes, pero sólo me dio tiempo a hacer 4 porque el cursillo de Alba terminó un poco antes de la hora porque como era el último domingo de mes, hacen juegos al final.

Lunes: Spinning
Martes: correr 15 Km en 1h13m
Miércoles: correr, 14,7 Km con un 2x5x500
Jueves: correr, 9 Km en 41m
Viernes: Descanso
Sábado: natación, 2000 mts. en 38m
Bici, 18 Km en 1h:07m
Domingo: Natación 1250 mts. en 25m

En definitiva, considero que ha sido una buena semana, con el aliciente especial de haber estrenado por fin la bici. Sin embargo, esta semana que entra va a ser muy rara. Es semana santa, con lo que tendré que buscar horas y días estratégicos para entrenar y así poder aprovechar el resto del tiempo.

10 Kms Laredo


El sábado se disputó la carrera de 10 kms en ruta más rápida de Europa, Los 10 Kms de Laredo.
La intención era sobre todo disfrutar del día y de la carrera.
Cuando llegamos a eso de la una del mediodía, el tiempo era bastante bueno aunque hacía un poco de viento.
Lo primero que hicimos cuando llegamos, fue pasarnos a recoger los dorsales de Jose y Joseba.


Después de un pequeño paseito, nos paramos en una terracita para hidratarnos convenientemente antes de la carrera.


Después, fuimos a comer, algo ligerito por supuesto... unos macarrones y un entrecot. Otros prefirieron chuletón de buey. Todo esto a unas dos horas y media de la carrera. Ideal.
Cuando salimos del restaurante, ya estaban acabando de preparar la zona de meta.


Como aún faltaba bastante tiempo para que empezara la carrera, nos fuimos a la playa para reposar la comida. Desde luego que los que mejor se lo pasaron fueron los niños.
Estuvimos un rato tranquilos, disfrutando del día, charlando de todo un poco, arreglando el mundo. A lo lejos, el cielo se iba poniendo bonito pero feo.
Y de repente se desató la tormenta. El viento empezó a soplar con tal fuerza que la arena hacía daño cuando te daba en la cara. Fue cuestión de segundos. Nos fuimos de la playa a la carrera. Al viento lo acompañó la lluvia.

De todas formas se pasó pronto, aunque la lluvia continuó durante más tiempo.
El tiempo iba pasando así que decidimos ir a cambiarnos y empezar a calentar.
Dan la salida y Jose se escapa para arriba, mientras Joseba y yo vamos intentando controlar el ritmo para no quemarnos muy pronto.
Afortunadamente no hace ya viento y no llueve. En la calle hay muchísima animación.
Cuando apenas llevamos 400 metros le digo a Joseba que tenemos que bajar el ritmo porque vamos muy rápido (3:40)
Nos estabilizamos y pasamos el primer km en 3:54. en ese momento creo que no voy a aguantar los 9 kilómetros restantes, pero pienso que sólo son eso, 9 kilómetros, mucho menos que cualquier entrenamiento de cualquier día, así que me pego a Gudurix y sigo su magistral ritmo.
Vamos clavando los kilómetros: 3:59 - 3:55 - 3:56 - 3:56, lo que hace que pasemos la mitad de carrera en un impresionante para mí 19:40.
Todavía falta la mitad de carrera.
Joseba se ha descolgado en el kilómetro 3. Yo sigo intentando no perder la estela de Gudurix y compañía, pero poco a poco se me escapan. Empiezo a encontrarme un poco mal del estómago, aunque de patas y de caja voy bien.
Sin embargo, después del km 6 que lo hago en 3:57, empiezo a bajar el ritmo y cada kilómetro se me hace más largo. Me dan arcadas, sin duda por el entrecot que me he comido dos horas y media antes de la carrera, pero la humedad no me ayuda tampoco. El kilómetro siete cae en 4:01.
Los ánimos de la familia y amigos se notan, pero poco a poco voy perdiendo fuelle. Se me escapa ese sub 40, que aunque no era el objetivo principal, estaba en mi cabeza.
El último kilómetro lo hago entre constantes arcadas, y sobre todo en la recta final, dónde más de una vez creo que voy a potar en plena carrera. Haciendo un esfuerzo consigo acabar sin potar, pero nada más pasar la línea de meta, me da una arcada que no puedo controlar.
Sin embargo en cuanto echo un poquito, me encuentro genial.
Según el Fore 40:18 que oficialmente son 40:11

Lo que cuenta de todas formas al final de todo, es haber pasado un estupendo día disfrutando de la familia, amigos y de nuestra afición por correr.

El Carnet de Corredor


Cómo hemos sido capaces de vivir sin él. Es una idea genial, asombrosa, inigualable. Por fin vamos a poder presumir ante los amigos y familiares de que somos corredores, pero de los buenos además, de los que tienen el “Carné”. Esta es su web:

Todo son ventajas.

La primera y más importante es como digo la de poder presumir. Yo estoy por tatuármelo en el brazo en cuanto lo tenga, al estilo “amor de madre”. Ir con la camiseta remangada, luciendo el tatoo... desde luego que vamos a dejar a la gente impresionada, diciendo a nuestro paso...”mira, por ahí va un corredor”.

También vamos a poder inscribirnos on-line en las carreras. ¡¡Cómo no se le habrá ocurrido antes a nadie!! Claro, con sólo dar un número ya tienen todos tus datos cualquier persona que organice una carrera adscrita al programa, dirección, teléfono, email, numero de cuenta, pronador o supinador,... facilitando así la inscripción.

Además, por cada carrera que nos apuntemos vamos a conseguir puntos, cual Travel Club, y después de correr 30 maratones, podremos conseguir gratis un dorsal para el maratón de Nueva York. Impresionante.

Otra cosa que nos va a solucionar por fin, es saber qué tiempo hacemos en las carreras, cosa que ahora, a pesar de los cronómetros de los chinos, de los polar y de los GPS de garmin y compañía, éramos incapaces de saber. Gracias.

Lo del seguro en las carreras es también espectacular, no como ahora que los organizadores han escatimado ese gasto haciéndonos correr sin ningún tipo de seguro, ¡¡¡ qué gente estos organizadores!!!

Después de curiosear por la web del Carné del Corredor, he descubierto que van a poner un “foro” dónde los corredores populares vamos a poder charlar, plantearnos y solucionarnos las dudas que podamos tener. Menos mal, ya empezaba a estar un poco harto de los foros de “El Atleta”. No te puedes fiar de lo que te digan ahí. Por eso me gusta el que la Federación nos deje un sitio para charlar con gente entendida de verdad, los que tienen carné.

Y lo de entrenar ¿qué?. Otra ventaja más. Vamos a tener planes de entrenamiento de verdad. No como esos planes que te encuentras gratuitamente en cualquier web. No, planes buenos, de los que te hacen mejorar. A saber quién hace los de Sportlife o los de Runners.

Pero lo que más me gusta de este carné, es saber por fin qué puesto ocupo a nivel nacional entre todos los corredores populares. Saber si soy mejor corredor que Pepe Lotilla de Calatayud, o si por fin le voy a quitar el puesto a Jorge Nitales, ese peazo corredor de Villamorales de Abajo.
Eso me motiva y me anima a participar en más carreras.

Con Ganas

Con ganas. Así ha empezado la preparación de MaraBilbao 2010. He completado una semana con bastante buenos entrenamientos, aunque sólo dos han sido de correr. No importa. En dos entrenamientos he completado 30 kilómetros, de un constante sube y baja.
Al igual que al inicio de la preparación de Sevilla, he “diseñado” un circuito por el parque de Txurdinaga en el que cada vuelta que doy, de 3,3 kilómetros, subo y bajo unas cuantas cuestas, alguna bastante pronunciada. Es lo que se podría denominar un circuito de fuerza, muy apropiado para las primeras sesiones de preparación.

En la foto, lo que está en rojo son las subidas, y el resto son bajadas ya que en llano prácticamente no hay nada.



El lunes, como todos los lunes, tocaba clase de Spinning. Iba a ver llevado las zapatillas de bici para ir acostumbrándome a las calas y a los pedales automáticos, pero se me olvidó meterlas en la bolsa a última hora. Creo, y no recuerdo si alguna vez lo he dicho ya, que me viene muy bien esta clase para fortalecer cuadriceps. Al final, entre el calentamiento y los estiramientos del final, apenas suponen unos 25-30 minutos de ejercicio fuerte, pero creo que es suficiente.

Ritmo Cardiáco en Spinning

El miércoles, primera sesión de carrera, dando 4 vueltas al circuito de cuestas y para terminar dos vueltas completas al polideportivo, cada vuelta es de aproximadamente un kilómetro. Estas dos últimas vueltas las he dado a un ritmo vivo, pero sin ser agobiante, y he visto que no estoy tan mal. Cada vuelta, clavadas, además, la una con la otra, ha salido en 4:42. Al final 15,33 kilómetros en 1h17m.

El jueves, mismo circuito y mismo número de vueltas. La única diferencia es que en lugar de dar dos vueltas finales al poli, sólo doy una. Y es que se echa la hora encima, porque a las 8 en punto tengo que estar recogiendo a Alba en la ludoteca. Aún así, en circunstancias normales podría haber dado dos vueltas, pero he tenido un pequeño incidente con unos 4 chavales de la “generación Ni-Ni”, de esos que se creen que tienen todos los derechos del mundo simplemente por ser ellos. Sin más, tampoco ha pasado a mayores.

El sábado piscina, a ver si recupero las sensaciones que tenía por enero. Poco a poco voy cogiendo otra vez el tono pero cuesta. Hice 1600 metros, de los que 1500 fueron todo seguidos. 26 minutos tardé en hacerlos. Bastante bien. Luego acabé con 100 suaves.

El domingo, quise darle un poco más de caña. Y aunque hice menos metros, estoy más contento con este entrenamiento que con el del sábado. Cayeron 1000 metros en 16 minutos. Con un pequeño descanso empecé lo que en principio iba a ser un 8x50 cada minuto, pero decidí dejarlo en 4x50. Después de 50 suaves hice dos sprints de 25 metros a tope. Puedo hacerlos más rápido que los 17 segundos que tardé en cada uno. Y para acabar 150 metros soltando.
Por la tarde, tenía intención de salir ha correr unos 20 Km., pero mientras veía la Fórmula Uno, me entró tal pereza y sueño que decidí no salir. Todavía no pasa nada, pero no puedo hacerlo muchas más veces.

Y esta semana se presenta movida. El sábado es la carrera de los 10 kms de Laredo. Una carrera a la que irán entre otros y según pone en la web http://www.amigosdeldeporte.com/ de los organizadores, el actual recordman del mundo de los 10 kms en ruta, con la intención de batir el récord. Keniatas, de los que aunque ponga el nombre, yo personalmente no había oído nunca hablar (cosa que no es rara).
La carrera es una excusa perfecta para juntarnos unos amigos y pasar un día por ahí, con la familia y disfrutando de un buen día.

En un principio había pensado entrenar durante unas semanas específicamente para esta carrera pero al final no lo he hecho. Y durante esta semana tampoco voy a hacer ningún tipo de entrenamiento especial, así que el sábado saldrá lo que tenga que salir. La intención es bajar marca, si puedo bajar de 41 minutos y acercarme todo lo posible a los 40. A veces me parece algo factible, pero otras veces, la mayoría, me parece un poco excesivo. Lo que sí que intentaré es disfrutarla.

Baja forma


Estamos ya en plena pelea. La semana pasada al final, ha sido de puesta en contacto otra vez con el ejercicio. Al final han sido 18 días de parón, salvo una clase de spinning en medio. Después de mucho tiempo, he tenido agujetas. Pocas, pero he tenido.

El jueves salí a correr por primera vez desde MaraSevilla. Hice 14,5 kilómetros, sin mirar ni una sola vez el pulsómetro... bueno si lo miré pero sólo para saber la hora, ya que a las 8 en punto tenía que estar recogiendo a Alba. Pulsaciones altas y ritmo bajo...haciendo base.

El viernes fuimos toda la family a Decathlon, para acabar de comprar las cosas que me hacían falta para poner la bici en condiciones para poder empezar a andar con ella. Alba aprovechó también el tiempo que estuvimos allí. Más de media hora, sin exagerar, saltando en la cama elástica de muestra que tienen expuesta para la venta.

El sábado piscina. Buff..la última vez que había nadado en serio fue el 24 de enero. Luego entre unas cosas y otras no había vuelto a nadar más de 1000 metros. Así que el sábado, cada largo se me hizo eterno. Además, ahora no está libre la calle de “expertos” por la que solía nadar, así que me toca ir esquivando a nadadores de todas las características. Hice un entrenamiento metiendo metros. Con algún sprint pero sufriendo mucho.

El domingo por la mañana, vuelta a la piscina. Más o menos lo mismo que el sábado pero en lugar de hacer un “calentamiento” como el del día anterior, de 1000 metros, lo hice de 1500. Todo seguido, como el pasodoble. Luego cuatro larguitos a sprint. A ver si recupero el tono poco a poco, porque en enero estaba muy bien. Sin prisa.

Y por la tarde, mientras en casa Morfeo había vencido a las chicas de la casa, salí a correr con intención de tener buenas sensaciones, pero enseguida vi que no iba a ser así. Durante todo el rato las pulsaciones estuvieron por encima de 160 y eso que el ritmo no era rápido, ni mucho menos. Pero es lo que tiene esto de correr, que es muy desagradecido y enseguida pierdes la forma. Pero bueno, “no problem”, todo llegará otra vez. Al final otros 15 kilómetros, con lo que en dos días que he salido a correr, he hecho casi 30. No está mal.

Y desde hoy, empieza el entrenamiento específico para MaraBilbao, ya que “sólo” faltan 12 semanas. Número mágico en los planes de entrenamiento, porque aunque los hay más largos, la mayoría son de 12 semanas, tres meses.

La noticia de la semana es que alguien que siempre ha dicho que no iba correr, está empezando a plantearse que igual se atreve algún día a salir a trotar. De momento no las tiene todas consigo, pero creo que poco a poco se va a ir convenciendo de que puede hacerlo, como todo lo que se propone. Seguro.

Vuelta a empezar


Han pasado ya 17 días desde que corrí el Maratón de Sevilla. Desde entonces no he dado ni un paso corriendo. Creo que ya está bien de descanso. En el Blog de Dragón, hay una entrada que trata concretamente de eso, del descanso tras el maratón. Yo, sin haberlo leído hasta ahora, he seguido casi a pies juntillas sus indicaciones, y es que creo que más o menos son cosas lógicas.

En la misma entrada, indica que hay que empezar a preparar un maratón partiendo de nuestra mejor marca en 10.000, y lo mismo, sin haberlo leído antes yo ya estoy inscrito en los 10 Kms de Laredo con intención de mejorar mi tiempo.
Es un Blog muy interesante, y a partir de ahora, voy a colocarlo por aquí para que esté siempre accesible.

Como decía, creo que ya se acabó el descanso y hoy mismo saldré a correr. La intención es rodar, sin más. Evaluar mi estado de forma tras el maratón y tras tantos días en el dique seco.
Tras comprobar cómo estoy, tocará planear el resto de los entrenamientos hasta Laredo, intentando hacer bastantes cuestas, técnica de carrera, abdominales, gomas... recuperar fuerza en definitiva. Esto me llevará unas tres o cuatro semanas, pasado incluso Laredo.
Luego empezaré a entrenar más específicamente el Maratón de Bilbao, que será el 30 de mayo. Intentaré hacer algún día de series a la semana para intentar coger un poco de velocidad y no sólo como en la preparación de Sevilla, dónde no hice ni una sola serie, sino que me dediqué únicamente a rodar alternando los ritmos, a veces a un ritmo un poco más rápido que lo que iba a ser el ritmo objetivo y otros días un poco más lento. A veces en progresivo, pero series... ni una.

Y el caso es que me salió bien. Pero para este maratón voy a cambiarlo. Para Sevilla, los ritmos los tenía muy machacados de antes incluso de la preparación específica, ya que ese mismo plan lo había seguido para el Maratón Nocturno, en octubre. Ahora es distinto, ya que quiero empezar a dominar un ritmo algo más rápido, entre 4:30 y 4:45. Por eso los rodajes los intentaré hacer salvo el calentamiento, más rápido que ese 4:45.

Todo eso lo complementaré con la sesión semanal de spinning y con dos días, sábado y domingo, de natación. Intentaré, además, sacar algo de tiempo para estrenar la bici, y darle un poco de uso antes del verano, cuando quiero estrenarme en el triatlón.
Bueno, se acabó la paz. Volvemos al asfalto.

Más vale prevenir que lamentar


Más vale prevenir que lamentar. Sabio refrán que desde muy pequeñito oía decir a mi abuela. Y es que ella siempre fue muy miedosa, sobre todo cuando se trataba de sus nietos, y daba igual de qué se tratase, pero siempre veía el “peligro” en cualquier cosa que hiciésemos, como por ejemplo tumbarnos directamente en la hierba, en pleno agosto y decirnos que tuviésemos cuidado, que nos íbamos a enfriar, o cuando me veía volver de correr y me decía que a ver dónde había estado, que estaba sudando y que iba a coger una pulmonía.

Pues algo así ha pasado este fin de semana. Nos han puesto en alerta roja y han suspendido todas las actividades que se iban a celebrar al aire libre, incluidas las carreras, desde las 15:00 horas del sábado hasta las 15:00 del domingo. Y no me parece mal. Creo que gracias a esa previsión, nos hemos evitado desgracias como las que han pasado en Francia, dónde la cifra de muertos está por encima de los 40.

Aún así, creo que han pecado por exceso. 24 horas ha sido un margen de tiempo muy grande, teniendo en cuenta, además, que al final por aquí no ha sido tan grave como la ciclogénesis que sufrimos hace justo un año, cuando vi colgadores de ropa arrancados de la fachada. El sábado hizo viento, pero al menos en Bilbao, fue soportable.

El domingo a la mañana amaneció un día espléndido, primaveral, con una temperatura envidiable, el cielo despejado y ni una gota de aire.

Y aunque Cynthia, que así le han llamado a esta “tormenta perfecta”, ha sido más suave de lo esperado, a mí personalmente me ha afectado más que la del año pasado. Y podía haber sido peor. En el avance de la caravana, el viento hizo que reventara una cremallera, quedando todo el lateral al descubierto, pero gracias a la maña de Patricia con la aguja y el hilo, el problema ha quedado en un sustillo. Otros compañeros del camping no han tenido tanta suerte, y el viento se ha llevado, literalmente, su avance.