Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Preparando las maletas.



Va a ser un visto y no visto, pero aún así, hay que preparar las maletas.
Queda apenas una semanita para el día D. Y los nervios empiezan a salir, las dudas sobre qué ritmo podré llevar, qué día hará, etc.

Al final, no llevo tan pocos kms como pensaba. Creo que estoy preparado para intentar llevar un ritmo de 4:40. Todo dependerá de cómo me levante ese día.

Me acaban de mandar un email desde la organización para dárme el número de dorsal definitivo, el 5075.
Es posible que el día de la carrera se puedan seguir la evolución de la misma a través de su web, Maratón de Barcelona y si no, seguro que al poco tiempo estarán listas las clasificaciones.

Tengo ganas.

Los entrenamientos que me quedan son ya suaves, de pocos kms, no más de 13. Y la semana que viene, alguna salida suave de 6 kms, sobre todo para quitar nervios.

Y éste próximo domingo, Alba también correrá. Será en Arrigorriaga, una carrera de 500 metros en la que le acompañaré. Ayer, cuando se lo dije, se puso supercontenta. Después de la carrera tiene cursillo de natación, y me dijo que ya sólo le faltaba la bici para hacer un triatlón. Algo que está deseando. A ver si, como anunciaron hace poco, el equipo Urbiko Triatloi Taldea, organiza un triatlón infantil.
Este mismo equipo fue el que organizó el I Triatlón Indoor de Arrigorriaga, en el que participé y puse su correspondinte entrada por aquí. La carrera de Alba, también la organizan ellos. Es la Herri Krosa de Arrigorriaga.

Una Señal

Se va acercando la fecha, y como en todas las preparaciones, comienzan las dudas.

Siempre no es igual, ya que unas veces dudas porque has hecho muchos kms, otras porque has hecho pocos, otras porque has tenido lesiones o has estado enfermo.

Dudas.


Sin embargo he decidido no dudar más.

Voy a salir en Barcelona a por el 3:20, lo que significa ir a un ritmo medio de 4 minutos 45 segundos por kilómetro.

Luego, saldrá o no saldrá. Pero hay que intentarlo.


La semana pasada quería haber recuperado un poco el kilometraje "standar" que se supone para una preparación de un maratón, pero ni siquiera llegué a los 50 kms.


No importa.


He hecho un cuadro, en el que se comparan, a estas mismas alturas de preparación, los kilómetros hechos para cada uno de los maratones que he corrido. Curiosamente, en la preparación del maratón de Sevilla, llevaba en la semana 9, (la misma que ahora), menos kilómetros que ahora mismo.



Será una señal.
Felíz día de los Enamorados.

Picos de Europa

Éste ha sido un fin de semana especial. El viernes fue mi cumpleaños, y como regalo, Patricia y Alba me han regalado un FIN DE SEMANA en Potes, en Picos de Europa.

Ha sido genial. Según salió Alba del colegio el viernes, nos fuimos para allí. Llegamos a eso de las siete y media, y como ya era de noche, no pudimos apreciar el impresionante paisaje que rodea a la Posada dónde nos hospedamos: La Posada Javier, en Turieno, a dos kilómetros de Potes en dirección a Fuente Dé. La posada está muy bien. Algo sencillito, pero es lo que buscábamos. Limpia, con baño completo y bien ubicada.


Lo que si pudimos apreciar fue el impresionante cielo que teníamos sobre nuestras cabezas. Estaba completamente despejado, y se podían ver con total nitidez, una infinidad de estrellas. Algo que en Bilbao no se ve nunca.
El sábado por la mañana, nos levantamos tempranito aunque sin exagerar, y después de desayunar nos fuimos a Brez. Allí nos había indicado Gonzalo (Gudurix en el Foro El Atleta), que había una ruta que podíamos hacer con la niña, que no tenía muchas cuestas y que si el día era bueno, como lo fue, podríamos admirar unas fenomenales vistas sobre todo el macizo.



Efectivamente, la ruta fue sencilla. Aunque tuvimos de todo, barro, hierba, nieve, hielo, pero lo disfrutamos un montón. Sin prisas, contemplando el paisaje, disfrutando de cada paso.


Cuando acabamos, era ya la hora de comer, así que nos fuimos hacia Espinama, dónde nos había dicho Javier, el de la posada, que se comía muy bien. Acabamos en el restaurante Nevandi, trato muy familiar y amable, dónde me zampé un increíble Cocido Lebaniego. Y aunque tomé el Te del Puerto con Orujo para facilitara la digestión, las grasas hicieron de las suyas en mi estómago.


Por la tarde nos acercamos a Fuente Dé. En principio fuimos para ver el paisaje, porque ya sabíamos que el teleférico estaba cerrado. Sin embargo, cuando llegamos, vimos que había bastante nieve, con lo que decidimos quedarnos para jugar un rato por allí. Y lo pasamos genial tirándonos unas cuanta bolas y bajando con plásticos una pequeña ladera.


Al día siguiente, después de dejar la Posada, fuimos a Pendes, dónde hicimos otra pequeña marcha que nos llevó sin ningún problema hasta la parte alta del desfiladero de La Hermida.


Otra vez unas vistas impresionantes, sin ni siquiera ver una viruta de nube.




Qué calma, que paz, ni un ruido discordante con el paisaje.


Lo hemos pasado genial, sin estrés de ningún tipo. A mí, hasta me han entrado ganas de montar un hotelito por allí.


Pero hoy ya es lunes, y vuelven los coches, los teléfonos, los jefes...

Gracias por el fin de semana.
Os quiero.

Apuko Igoera 2011


Pues ya está hecho.

Nunca me lo había planteado muy en serio, y eso que más de uno me ha dicho varias veces que es muy divertido, que lo probara, que me iba gustar. Y yo siempre poniendo las misma excusas: “Es que no lo he hecho nunca”, “Es que tiene que ser difícil”, “Es que patatín”, “Es que patatán”.

Pero como dígo, ya lo he hecho. He corrido una carrera de monte (Apuko Igoera, de 23 kms). Y tengo que decir que no me ha gustado....¡¡ me ha encantado !!
Hasta ahora, lo poquito que había hecho en el monte, eran un par o tres de salidas, divertida sobre todo la del Jata, que fue con unos amiguetes, pero lo de éste pasado domingo ha sido superior.

Amanecí no muy pronto. Había quedado con mi hermano Dani, que también debutaba en monte, con su novia y con la hermana de su novia. La carrera empezaba a las 10.30 y llegamos con tiempo. Mientras se tomaban un cafelito, yo me encontré con la gente del foro, ya preparados para acercarse a la salida.

Después de un ratito de charla, nos acercamos hasta la salida. Según sonó el petardazo, empezamos a correr. En la salida ya se ve que el ambiente es distinto que en una carrera de asfalto. La gente va más a divertirse que a competir. Por lo menos en los puestos en los que yo me muevo.

Los primeros 6 kilómetros, fueron prácticamente de subida por pista asfaltada. Fue duro, pero como me lo tomé con calma, no sufrí demasiado. Algún pequeño tramo lo hice andando, pero la mayoría trotando. Acostumbrado al asfalto, estos kilómetros vistos ahora sobre el papel pueden parecer lentos, pero ni mucho menos. Fueron en torno a los 7-8 minutos.
Al acabar la subida, estaba el primer avituallamiento, sólo de líquido. Y nada más tomarlo, empezamos una bajada de las chulas, por hierba y barro.

A partir de aquí, mucho sube y baja aunque todavía más sube que baja. Hasta llegar a las inmediaciones del Eretza, monte al que no subimos pero si nos aproximamos a la cima. Parte de la bajada se hacía por el cortafuegos, totalmente en línea recta, por lo que la pendiente era bastante considerable.

Después muchos kilómetros de pista y barro, mucho barro, veo el Apuko. Allá a lo lejos, desde la cima, se ve la tremenda bajada por la que hay que descender. Se ve a la gente bajar con mucho cuidado, y eso que se supone que son gente experta puesto que van mucho más adelante que yo.
A mi todavía me quedan un par de kilómetros o tres para llegar hasta arriba. Lo disfruto mucho.

Entre la niebla, se distingue parte de Barakaldo, Cruces, esa zona. Justo en la cima, está el último avituallamiento, donde me tomo un vasito de agua y contemplo durante unos segundos las vistas. Y comienzo a bajar. A veces da hasta miedo el dar un mal paso y acabar bajando hecho una bola rodando por toda la ladera, pero es divertido.

Cuando acabo esta parte del descenso, veo a dos miembros del Euskotxoko que están animando a todos los participantes.

Ya no queda nada. Sólo bajar y bajar, a veces por pista y a veces por barro. Sobre todo la última parte, ya que nos meten por la “porqueriza” de un aldeano.

Al final hago 2 horas y 26 minutos para los 23 kilómetros de que consta la carrera, con un total de 1173 metros de desnivel positivo acumulado.


Tras pasar la línea de meta, llegamos al frontón dónde está el pódium y la zona de avituallamiento. Avituallamiento excepcional, con chorizo, tortilla, caldo, coca-cola, pimientos rojos, frutos secos, salchichas, plátanos, naranjas....increíble.

Lo malo es que en las duchas ya se había acabado el agua caliente, pero para quitar el barro, suficiente con la que había.

La conclusión que me llevo a casa es que repetiré sin duda en más carreras de monte. No me voy a olvidar del asfalto, pero creo que son cosas diferentes. En las carreras de asfalto, se va más a por la marca. Es otra forma de disfrutarlas. Sin embargo en las de monte, creo que se puede disfrutar igual, hagas la marca que hagas.