Lo primero que se hace cuando se va a construir una casa es diseñarla. Luego se empieza a hacer los cimientos. Si éstos no son buenos, lo más probable es que la casa se venga abajo.
El "diseño" está hecho. Ahora toca hacer los cimientos. Por eso, los entremanientos de estas dos primeras semanas de septiembre están siendo básicos. Sólo correr. Sólo nadar. La única intención es acumular kilómetros a ritmos fáciles, sin más, pero tampoco menos.
En la piscina, a pesar de que algo he nadado en la playa, estoy haciendo sólo bloques de 500 metros, 3 cada vez. Ritmos suaves, intenado fijarme en la técnica. No da tiempo a más.
Para correr, me estoy yendo al polígono para no cruzarme con mucha gente y poder corrrer tranquilo, sin el estrés que me supone el que te puedan recriminar el pasar cerca de alguien no llevando la mascarilla. Por supuesto, también a ritmos suaves. Aunque esto hoy en día es difícil, puesto que entre el calor y la falta de entrenamiento, los ritmos fáciles no existen. Así que salgo a rodar sin preocuparme de los ritmos.
Cimentando.
