Próximas carreras (o al menos, intenciones)

La semana de las huelgas (20/05 a 26/05)

Estando ya cerca como está el objetivo, esta semana debería haber sido un poco más cañera.

Ha habido varias huelgas en el Polideportivo, debidas a la precariedad laboral que tienen los trabajadores de Guedan (monitores, socorristas, etc), según han denunciado varios sindicatos. Paros parciales el lunes y el martes, y paro completo el jueves. Esto ha afectado a mis sesiones de Spinning, por lo que no he podido ir ningún día.

De todas formas, el lunes 20 fui a nadar, haciendo 1850 metros de nado continuo. A la tarde, hice un entrenamiento a pie, de un poco más de 12 kilómetros. Empecé sin ganas, después de los 18 kilómetros fuertes que había hecho el día anterior, pero según fueron pasando los kilómetros, me fui viendo mejor y subí un poco el ritmo, haciendo una media final de 4:31

Ya con las patas un poco cargas, el martes 21 decidí no ir a nadar,y a la tarde, me limité a hacer unos 10 kilómetros a un ritmo bastante más suave que el que estoy llevando últimamente, a media de 4:46.

Me imagino que como consecuencia de la huelga, el miércoles 22 había bastante más gente que la que suele haber habitualmente en la piscina, así que con más de un dribbling, conseguí acabar la sesión con 1700 metros de nado continuo. Y si ya tenía los gemelos cargados, hacer los 12 kilómetros a 4:31 de la tarde,me los dejó para el arrastre. Era la cuarta sesión de carrera seguida.

Lo dicho, el jueves entre el cansancio acumulado y la huelga, descansé. Y el viernes también, porque como a última hora decidimos ir a Noja al día siguiente por la mañana,  había que preparar alguna cosa. A punto estuve de ir en Bici, pero como el día estaba bastante lluvioso, decidí que era mejor no hacerlo.

Hasta el domingo 26, cuando fui a la piscina a nadar, no hice nada. Fueron 2600 metros, con unas series de 500 con palas, en plena degresión....cuando la intención era ir subiendo el ritmo en cada repetición. Demasiado cansancio

Como conclusión, una semana regulera, con 0 pedaladas que es justo lo que peor llevo (aunque este año creo que he mejorado algo), algo de natación y algo de correr. Podía haber sido algo mejor, sin duda, pero no me quejo.



Semana prevista vs. Semana Real (13/05 a 19/05)

Una cosa es lo que se planea, y otra lo que realmente acaba sucediendo. Para el domingo 19 estaba prevista la celebración del Triatlón de Górliz, que iba a ser mi primer triatlón de la temporada. Por eso, la semana la había medio planteado sin mucha carga, para intentar llegar bastante fuerte a la prueba.

El lunes 13 me lo había cogido de vacaciones, en un principio para descansar del fin de semana en Pirineos, pero como no pudimos hacer lo que habíamos previsto, llegué más fresco de lo esperado. Por eso, decidí dar una vuelta por el recorrido del Triatlón de Bizkaia (el verdadero objetivo de la temporada). Es un recorrido que no conozco de nada, ni siquiera de pasar con el coche. Así que después de investigarlo un poco en Google Maps, metí la bici y en el coche y me fuí a Gernika (aunque el día del Triatlón, cogeremos la bici en Bermeo).
Pensaba que iba a ser una carretera con bastante tráfico, pero que va. Pocos, muy pocos coches, y más ciclistas de los que pensaba. Es un recorrido bastante llevadero, con mucho sube y baja pero ningún gran puerto.Quizá hay un par de puntos más duros, que son la salida de Lekeitio hacia Ereño, y sobre todo, la subida a Nabarniz, pero en ningún momento he tenido sensación de dureza.
Aprovechando que pasaba cerca y que hacía buen día, me acerqué hasta Lekeitio.





El martes 14, no quedó más remedio que descansar. Después de tres días seguidos de bici, las piernas se habían ganado un reposo.

Y después de dos semanas sin correr, el miércoles 15 salí a trotar un rato. Hacía calor y entre una cosa y otra, las sensaciones que tuve no fueron nada buenas. Acabé con algo más de 12km a 4:34, pero como digo, con unas sensaciones malas.

La sesión de spinning del jueves 16 fue de las más duras de esta temporada. Y eso que la semana quería que fuese suave. Aunque hasta el domingo no iba a hacer nada más, así que me pude permitir el lujo de darle bien.

El sábado a medio día, tenía ya todo preparado para el triatlón. Desde el viernes, el tiempo había empeorado bastante. Y las previsiones para el domingo no eran muy buenas, así que las ganas de competir no eran las habituales. A la tarde, por whatsapp ya me llegaron mensajes que indicaban la posibilidad de que acabara suspendiéndose la prueba, Sospechas que se confirmaron un poco más tarde, cuando el organizador emitió un comunicado, informando de la suspensión por causas metereológicas y anunciando que no devolvería el dinero de la inscripción, aunque sí permitiría la inscripción gratuita para el año próximo a todos los inscritos de este año. No se si es lo justo o no, pero la verdad es que entre las clausulas de la inscripción ya avisaban de que si ocurría algo así, no devolverían el importe de la inscripción, por lo que el darnos la inscripción para el año que viene, gratis, es de agradecer.





Con estas, el domingo 19, a pesar de que hacía malo, creo que no hacía tan malo como decían las previsiones, y creo que se podría haber celebrado el triatlón. El caso es que no hubo, por lo que, a media mañana, me calcé las zapatillas, y me fui a correr un buen rato. 18 kilómetros, haciendo 3 de calentamiento, luego 10 a ritmo sub 4:30 y después 3 a ritmo por debajo de 4:20, para acabar con 2 kilómetros de enfriamiento.




I Jornadas Pirenaicas, Euskaldunon Txokoa - Domingo - Larrau

Tras una noche tranquila, volvemos a madrugar para ponernos en ruta. Para el domingo, habíamos pensado, una vez anulado el plan del día anterior, subir a Larrau por el lado "fácil".
El día está mejor que el sábado, aunque hace algo más de fresco.


Unai no es de la partida, y Josu y Javi salen un poco antes para hacer algún kilómetro extra llegando hasta Isaba.


Nos ponemos en marcha dirección Otsagabía, y nada más salir, nos encontramos con el puerto de Laza, de 1129 metros. No es una subida muy dura, pero en frío cuesta algo más. Tras una rápida bajada, llegamos al cruce donde se inicia el ascenso a Larrau. Son 10 kilómetros de subida, bastante más tendida que por la vertiente norte. No hay grandes rampas ni repechos, pero su casi continuo 7% lo hace duro.


Los primeros kilómetros transcurren entre árboles. Eso hace que no se note demasiado el viento. En seguida, Alberto se escapa. Yo voy con Jose, y por detrás, a poca distancia, Josu, Asier y Javi. El tráfico es escaso, prácticamente nulo. Y aunque hace sol, se ve una gran nube agarrada a la cima que nos hace temer una situación como la de La Piedra de San Martín.


Click para ver los detalles del Puerto
Según se acaba la zona arbolada, el viento arrecia. Mucho. Tanto que hay un par de puntos en los que tenemos que echar pie a tierra para que no nos tire de la bici. La niebla se nos echa encima, pero al contrario de lo que creía, no nos mojamos nada.

Llegamos sin mucho más problema al tunel que indica que hemos acabado la ascensión. Aunque por un momento, nos entra la duda, y tenemos que mirar en Google Maps, que nos indica que nos quedan unos 200 metros en llano para llegar al cartel de la cima, donde queríamos sacarnos la típica foto. De camino a la cima, nos cruzamos con Alberto, que ya vuelve. Nos dice que está jodida la cosa, y que el viento le levantaba la bici. Seguimos los metros que nos quedan , pero la niebla, y sobre todo el viento, hace que aunque llegamos hasta el cartel, no podamos sacarnos la foto. Apenas sí se adivina el cartel a pesar de estar a menos de 10 metros y el viento nos hace un par de amagos de tirarnos al suelo. Así que decidimos volver al inicio del túnel para esperar al resto. Les vemos pasar, y les avisamos de cómo están las cosas. Deciden seguir, y ellos sí pueden sacarse la foto.


Nos agrupamos de nuevo todos, nos hacemos un par de fotos de grupo, con un espectacular nevero, y comenzamos a bajar. Hace frío, pero al menos no tanto como el sábado. La bajada, vuelve a ser peligrosa por el viento, por lo que hasta que no llegamos a la zona donde no se notaba, no bajo tranquilo. A partir de ahí, disfruto mucho bajando.

Nos reagrupamos de nuevo al final de la bajada, y en grupo, vamos a Otsagabía, donde paramos a tomar un café. Sólo nos queda la vuelta hasta Uztarrotz, aunque para eso, debemos volver a subir Laza. Al empezar a subir, Jose, le "pica" a Alberto para ver si consigue un PR en Strava, y según se lo díce, sale Alberto como un torpedo para arriba. Luego nos dirá que ha hecho el 2º mejor tiempo general del año en esa subida. Vaya "calité" que tiene.

Llegamos a Uztarrotz de nuevo agrupados y charlando. Otros 60 kilómetros aproximadamente para la saca. No son demasiados, pero han sido divertidos y en buena compañia.
Casi a la vez, llegan los corredores de su expedición de alta montaña, donde parece que han disfrutado de un espléndido día, pisando nieve en muchos momentos.

Tras una ducha y un buen hamaiketako, y todos ya preparados y perfumados, nos acercamos al bar del pueblo para disfutar del Pitxo-Pote local y dando un paseo, volvímos al Albergue donde pudimos de nuevo disfrutar de una comida preparada por la experta mano cocinera de la guardesa del Albergue, Agneska.




Y después una breve sobremesa, cada uno puso rumbo de nuevo a casa, poníendo el punto final a unas Primeras Jornadas Pirenaicas realmente espectaculares, a las que, por mucho que se busque, no se les puede poner ni un "pero". Todos coincidimos en la opinión, de que estas jornadas deberían institucionalizarse, así que nos quedamos todos a la espera de las Jornadas Pirenaicas 2020



I Jornadas Pirenaicas, Euskaldunon Txokoa - Sábado - La Piedra de San Martín

No podría empezar esta entrada de otra forma, que no fuera dando las gracias a Peio por el magnifico fin de semana que nos ha preparado. 



Ha sido todo espectacular. Tanto las instalaciones del Albergue Bortiri del Club Vasco de Camping, situado en Uztarrotz, en pleno Valle del Roncal muy cerca de Isaba, que estaban completamente reformadas, como la preparación que ha habido de las rutas, tanto ciclistas como traileras, la comida y bebida, la compañía, incluso el tiempo en el valle (que no en la montaña), Todo ha salido perfecto. ¡¡Pero si hubo hasta "Bolsa del Corredor"!! con regalos varios, entre los que destacaba un llavero personalizado, que desde luego, usaré.
¡¡GRACIAS PEIO!!





El plan era que los integrantes de la expedición fuésemos llegando a lo largo de la tarde-noche del viernes. Y así fue, un goteo casi constante de llegadas. Mientras llegaba la gente, estuvimos picando y poteando en la cocina con los manjares que cada uno fue llevando, por lo que aunque íbamos comiendo, como cada vez llegaban más txokeros, la comida iba aumentando en lugar de disminuir. Nos juntamos al final alrededor de 18.



Cuando por fin hubieron llegado todos, nos dirigimos por las calles empedradas de Uztarrotz, al único bar del pueblo, y aunque nos habían avisado de que no comentáramos nada sobre Claverina, la osa que está devorando ovejas por la zona, lo primero que hicimos al llegar fue poner de uñas a la dueña del bar sacando el tema. "Asín semos en el Txoko"



No nos demoramos mucho porque al día siguiente había planeado una gran ruta ciclista y otra gran ruta trailera. Nos distribuimos en dos habitaciones, una para ciclistas y otra para corredores, y a dormir.



La ruta prevista para el primer día, consistía en subir La Piedra de San Martín desde Isaba, para bajar por la otra vertiente y subir a Larrau por el lado duro, para bajar dirección a Otsagabia.



Prontito por la mañana empieza el movimiento en la habitación ciclista. Se nota un poco de nervios porque para muchos de nosotros, es la primera vez que nos enfrentamos a esos puertos pirenaicos con tantos kilómetros de subida.

Tras el desayuno, comienza la sesión de vestuario, cada uno luciendo sus mejores (y más abrigadas) galas, ya que aunque no parece que hace muy malo, sí que se nota frío. Aún no sabíamos lo que nos esperaba.



Después de las fotos de rigor, empezamos la ruta los 7 integrantes ciclistas. Hay que decir, que una hora antes que nosotros, habían salido ya Iñaki y un amigo suyo de Iruña, ya que tenían intención de hacer una ruta más larga que la nuestra, añadiendo Issarbe para después, encontrarnos todos en Larrau y acabar la ruta juntos.


Los primeros kilómetros transcurren entre comentarios, risas, consejos. Un poco antes de empezar la subida, nos adelantan en coche el resto de los miembros de la expedición, con la intención de subir a La Piedra para hacer por allí una ruta trailera. En la aproximación al puerto, ya vemos que en la parte de arriba, hay bastante niebla. Además, según nos acercamos a las primeras rampas del puerto, empieza a llover un poco, casi hasta es agradable. 



Comenzamos a subir y cada uno coge un ritmo que le va cómodo. Son 15 kilómetros de subida continua, por lo que ponemos un ritmo muy tranquilo. Los traileros, nos adelantan y nos animan otra vez, un poco antes de la Venta de Juan Pito. El tiempo no mejora, y aunque no pasamos aún nada de frio por el esfuerzo de subir, estamos ya todos calados.


A media subida, unos cuantos nos paramos para abrigarnos un poco más puesto que la lluvia ha subido en intensidad. Me pongo un cortavientos y unos guantes gordos. Y continuamos subiendo. Sin embargo, no mucho más adelante, veo que bajan dos ciclistas, y detrás los coches de los corredores. Los ciclistas resultan ser Iñaki y su amigo, que se han dado la vuelta. Han coronado la Piedra de San Martín y han empezado a bajar hacia Larrau, pero al de unos kilómetros de bajar se han parado y dado la vuelta porque la situación era malísima. Estaban empapados y totalmente congelados, tiritando y casi incapaces de manejar la bici. En la cima debía hacer 1º centígrado. Hay que decir que son dos grandes ciclistas y verles en esas condiciones acojonaba un poco. Tomamos la decisión de continuar la subida hasta la cima y una vez allí, ver las condiciones y tomar una decisión definitiva.

Al parar para ponerme el chubasquero, me quedo último aunque tengo a varios a la vista. Cuando llego a la altura de Asier, decido quedarme con él. Con el tiempo que hace, no hay que tentar a la suerte y es mejor ir en compañía. Además, charlando se pasará antes lo que nos queda de subir. Tenemos a Josu a la vista (que no es fácil con lo cerrada que se acaba poniendo la niebla), pero no llegamos a cogerle. Tampoco lo intentamos. A pesar de estar el tiempo como está, aún no noto demasiado frío, pero ya me imagino que la bajada puede ser un infierno.

Click aquí para ver los detalles el puerto
Finalmente, y tras pasar la frontera con Francia, llegamos al cima. Nos metemos en el albergue y debatimos sobre las posibilidades. Continuar hacia Larrau es inviable. Nos quedarían 25 kilómetros de bajada, y subir Larrau para luego bajar por el otro lado, más luego llegar a Uztarrotz, y viendo como han bajado Iñaki y su amigo, decidimos que lo mejor es darnos la vuelta y llegar de nuevo a Isaba, donde nos reencontraremos.




Empezamos la bajada, cada uno haciendo su guerra. No está el tiempo para ir pendiente de nadie. Desde el primer momento, veo que lo voy a pasar muy mal. Las manos, empiezan a no responder. Además, con la carretera mojada, la bici no frena igual. Tampoco tengo experiencia ni en grandes bajadas ni en rodar con lluvia, por lo estoy más nervioso de lo habitual. Me cuesta incluso meter el plato grande. A veces, no sabía si estaba frenando o no, porque era incapaz de sentir los dedos. Por momentos, tengo la sensación en la tripa de querer vomitar. La tensión me está pudiendo. Los kilómetros no pasan lo rápido que debieran. Me alcanza Unai, que aparentemente va bien, y me aconseja ponerme el buf, o cambiar de guantes, o incluso parar en Juan Pito, pero yo no quiero soltar ninguna de las manos del manillar, no me fio, y lo de parar, tampoco, prefiero acabar la bajada cuanto antes. 

Es cierto, que según íbamos bajando, la temperatura subía, y la sensación de frío y malestar se iba reduciendo, pero no es hasta que acabamos los 15 kilómetros de bajada, hasta que no me tranquilizo un poco. Además, ya no llueve, y es que hasta a ratos, sale un poco el sol. Unai se pone a tirar como un poseso, y Jose y yo nos ponemos a rueda.

En la entrada a Isaba, nos esperan Alberto, Asier y Josu, temblando casi todos. Aun falta por llegar Javi, que sabemos lo pasa muy mal con el frío. Yo me quito los guantes, que están empapados y no hacen más que enfriar las manos. Intento controlar los temblores, pero es casi imposible. Al de un buen rato, llega por fin Javi, cuando Alberto había decido ya volver para ir a buscarle. Llega congelado, y tenemos que sujetarle para que no se caiga cuando se baja de la bici.
Tanto él, como Unai como yo, decidimos que ya hemos tenido suficiente por hoy, y nos volvemos para Uztarrotz, a apenas 4 kilómetros de Isaba, pensando casi en exclusiva en la ducha calentita que nos íbamos a dar. El resto, decide seguir rodando un poco más, hacia Otsagabia.

Al llegar a Uztarrotz, nos encontramos con Iñaki y su amigo, que ya se han duchado y preparado. Nos cuentan su odisea. Ellos sí han parado en la bajada en la Venta de Juan Pito a intentar entrar en calor. 


Al final, han sido 60 kilómetros. Pocos comparados con lo que teníamos previsto, pero una experiencia de las que no se olvidan.

Tras la ducha, esperamos con un buen hamaiketako y unas buenas cervezas, a la llegada del resto de los ciclistas y corredores. Y cuando ya estamos todos, empezamos la segunda parte del día, que como resumen, se podría decir que comimos un gran arroz hecho por Pako, que en los postrs, le entregamos a Peio una placa en agradecimiento a su esfuerzo en la preparación de las Jornadas, que nos reímos mucho con Kike, que Iñigo y Alfonso se proclamaron Campeones de Mus, que algunos dormimos una siesta, y que todos los pasamos estupendamente. Alguno incluso se metió en el río. Y Agneska, la guardesa del albergue, nos deleitó con una rica cena (estupendas las carrilleras).

Y aún queda otro día.










Resumen Semanal No Resumido ;) (29/04 a 05/05)

No hay gran cosa que contar de los entrenamientos de esta semana, y es que ha sido una semana bastante light al menos en cuanto al número de entrenamientos, porque si miramos el resumen en lugar de por el número de entrenamientos, por tiempo entrenado, sube un poco. Es lo que tiene hacer una tirada más larga con la bici.

Después de los 4 Viveros del día anterior, el lunes 29 no quedaba otra que descansar. Las piernas estaban bastante cargadas, por lo que no fui ni a nadar.

El martes 30, sí. Piscina por la mañana. 1900 metros con un 1250 con palas para seguir cogiendo fuerza en los brazos. A la tarde, hasta última hora no supe si podría entrenar o no, pero al final, con unas sensaciones pésimas, como hacía tiempo que no tenía, conseguí sacar algo más de 9kms corriendo a 4:43 de media. Como digo, las sensaciones muy malas.

El día 1, miércoles, Fiesta. A la tarde tenía Alba el en Durango, el Campeonato de Bizkaia por equipos, donde hacía el 3000. Como nos íbamos a quedar hasta el final del campeonato y había tiempo desde que corrió Alba hasta el final de los relevos, me llevé la ropa y salí a correr por allí. Al revés que el día anterior, nada más empezar a correr, las sensaciones fueron muy buenas, y tras un par de kilómetros de calentamiento, empecé a correr un poco más rápido, hasta hacer el resto del entrenamiento fácil y disfrutando, en ritmos en torno a 4:10 o por debajo. Salieron justo 13 kilómetros a 4:15 de media. No entiendo cómo puede haber sensaciones tan distintas en tan poca diferencia de tiempo, siendo además las peores sensaciones en el primer entrenamiento.

Al día siguiente, martes 2 de Mayo, sesión durilla de Spinning.

Y hasta el domingo 5 nada más. Tenía ganas de hacer un entrenamiento de bici más largo de lo habitual y además, tenía ganas de subir al Argalario (La Arboleda más o menos). Así que, casi a la hora del amanecer, salí con dirección a Sodupe, para enlazar San Kosme por Gordexola y seguido Humaran por Güeñes. Desde allí bajar hasta Muskiz. En ese tramo me crucé con la Marcha Ciclista Omar Fraile, y pude ver y saludar a Zelko.
Desde Muskiz hasta Barakaldo por el bidegorri, para desde allí ir a Retuerto para empezar la subida al Argalario. 





Sólo había subido una vez, y fue además con la bici de MTB hace tiempo. A mitad de subida, en un pequeño tramo de bajada que hay, puse plato grande y cuando de nuevo se puso el tema cuesta arriba, al ir a meter el plato pequeño, fue imposible. Así que pie a tierra, y con la mano dar pedales para intentar cambiar. Una vez conseguido, seguí subiendo y sudando para llegar hasta arriba. Dura la subida, y la verdad es que difícil la bajada, ya que es muy fácil salirte en una de las muchas curvas cerradas que tiene. 
Al final salieron 105 kilómetros con 1700 de desnivel positivo, que vendrán de maravilla para la Concentración Pirenaica de la próxima semana.