Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Resumen final de año

Se me ha pasado volando el final de año. Casi ni me he enterado.

El objetivo que tenía para este fin de año, que era un sub 1:30 en la Media de Vitoria, se me escapó por minuto y medio. Salí muy fuerte, pero con sensaciones muy buenas. Casi pegado a la liebre de 1:25. Sabía que no aguantaría a ese ritmo toda la carrera, pero aposté por aguantar así el máximo tiempo posible. Y como no podía ser de otra forma, perdí la apuesta. Los últimos kilómetros iba vacío completamente, así que me dejé llevar. Aún así, estoy contento.

He hecho varias carreras con Alba, como el Memorial Itziar López de Uralde o Itxas Argia, ambas en Getxo. En  la primera, Alba consiguió subir al podium, 2ª Juvenil con un ritmo de 4:29.

También he corrido como casi siempre, la San Silvestre de Rekalde. Otra carrera que salí fuerte y fui perdiendo fuelle a medida que pasaban los kilómetros, para acabar en un ritmo esperanzador de 4:05. Con un poco de constancia, espero volver a donde solía estar.

En unos pocos días, correré también con Alba la carrera de Reyes de Santutxu, Sei Izar Krosa. Carrera corta de apenas 7.5 kilómetros, pero dura por las cuestas que hay en el barrio. Será la primera vez para ella que corra la carrera larga.

Y por fin este año, he decidido federarme en Atletismo. Correré con el Sendoa y la inteción es hacer algo de pista, y sobre todo crosses, que seguramente vendrán muy bien para la temporada de Duatlones, que también haré federado, esta vez con el equipo BilbaoTri.

Se presenta un año bastante cargado de carreras y pruebas, al menos en intención.

Por lo menos, la tendencia vuelve a ser al alza con respecto a los últimos años, que habían sido bastante malos deportivamente hablando. He llegado casi a los 2000 kms en bici, he vuelto a pasar los 1000 corriendo, casi 1200 y en la piscina vuelvo a rondar los 150. No son números espctaculares ni mucho menos, pero como digo, espero que marque tendencia para seguir subiendo esos números.



FELIZ AÑO NUEVO

Llegada en Itxas Argia

Antes de empezar el Memorial Itziar Lopez de Uralde

Pisando Barro en el Cross de Triano
Media Maratón de Vitoria
Santurce a Bilbao

Medio Maratón Nocturno de Bilbao 2019



Pues está claro. Sin entrenar en condiciones no se llega a ningún sitio. Parece de perogrullo, pero es tan real como la vida misma. De nada sirven los kilómetros metidos meses a tras si desde hace mes y medio, o dos meses, no se entrena más que un día a la semana.

Es cierto que no me ha pillado de sorpresa. De hecho, la idea para correr el Nocturno era hacerlo en plan entrenamiento, tirada larga. Digamos como casi punto de inicio para preparar el de Vitoria de diciembre. Pero despúes de visto el resultado, ha quedado claroque hay mucho trabajo por delante.

No se si merece la pena hacer una crónica como tal de la carrera. Se puede resumir en que los 14-15 primeros kilómetros fui con Josean adelantando a gente todo el tiempo, entre la liebre de 1:35 y la de 01:30, recortándole tiempo a ésta última y con un ritmo de 4:20-4:25. Y los ultimos 6 kilómetros con los gemelos a punto de reventar, con los kilómetros cayendo a casi 5:00 y viendo cómo me pasaba gente por todos los lados.

Al final 1:37:02 que después de ver los archivos, resulta ser la Peor Marca Personal en Media Maratón de los últimos 9 años.

No queda otra que ver el lado positivo,y son eso kilómetros a ritmos más rápidos que pueden ser un buen comienzo para lo que queda.

Y poco más que añadir, salvo que como siempre, lo mejor de esto de correr es la compañia de la gente del Txoko, y los buenos ratos que pasamos.



Triatlón Olímpico de Bilbao 2019


Fotaza de Juankar Muñoz

Tenía muchas esperanzas en esta prueba pero cuando las cosas no salen como uno había pensado, lo mejor es intentar aprender de los errores cometidos y seguir para adelante.

Está claro que tras las vacaciones, donde sí que entrené muy bien, las semanas han ido cayendo una tras otra sin una continuidad en los entrenamientos. Sin embargo, las buenísimas sensaciones que tuve hace apenas 15 días cuando hice el Triatlón Olímpico de Getxo, organizado por el Santander, me hicieron pensar que lo entrenado en vacaciones aún me servía. Pero va a ser que no.

Las diferencias entre ambos triatlones son abismales, sobre todo en el recorrido ciclista. En el primero, es un circuito llano, que apenas llega a los 35 kilómetros y en el que si consigues meterte en un grupo, puedes, rodar sin apenas cansarte, lo que te deja las piernas muy frescas para luego poder correr. Sin embargo, en Bilbao, aunque el recorrido no ha sido tan duro como en otras ediciones, el no haber entrenado en condiciones ha hecho que sea un recorrido duro.

Lo que más me echaba para atrás antes de pensar seriamente en hacer el Triatlón, era lo de nadar en la ría. Los que hemos visto hace años cómo estaba, quizá somos más reacios que los jóvenes a meternos en el agua. Pero al final cedí y me apunté.

Viendo cómo me había salido el Triatlón de Getxo, me había hecho ilusiones de acercarme a las 2 horas y media.

El viernes por la tarde, nos acercamos a recoger el dorsal y la bolsa del triatleta, donde la verdad, me esperaba encontrar algo más de lo que había: un bidón de Spiuk, y una camiseta negra, de algodón, con un diseño de lo más minimalista en el que por no poner, no pone ni el año de la prueba.

Además, según había visto en la Guía del Triatleta, el gorro de la distancia Olímpica para los federados era azul, con el logo de la prueba, pero en mi bolsa, había uno morado, de una calidad.....ínfima, y con el número de dorsal escrito en una esquina con un rotulador plateado. Al verlo pensé que sería para todos igual. Luego en casa preparé todo a conciencia para no dejar nada pendiente para el día siguiente.

El caso es que llegó el sábado y no estaba especialmente nervioso, y al revés que casi siempre que tengo prueba, dormí casi del tirón.

Fuimos con tiempo a la zona de boxes para dejar con calma todo preparado. Cuando estaba esperando en la cola de control de material, me dice una jueza de la federación, que le enseñe el gorro. Al verlo, se que da extrañada y le pregunta a otra jueza a ver si los gorros eran morados o azules, y le contesta que azules. Así que resulta que a mí, me ha tocado el gorro cutre, distinto al de los demás participantes de la prueba. Le pregunto a la jueza por si tendré algún problema por llevar el gorro distinto y me dice que no, que esté tranquilo y que no pasa nada si ese es el gorro que me han dado. El caso es que ya me he quedado sin el gorro original como recuerdo

Así que paso a boxes y empiezo a dejar las cosas. Todo en orden. Me pongo el neopreno junto con Iraitz, dejo la mochila en el guardarropa y me acerco a la zona de salida. Hay que estar en el agua un ratito antes de la salida. Es mi bautismo en la Ría. No voy a negar que al acercarme, me estaba dando cierto repelús, pero como no había otra opción, respiré hondo y me lancé al agua. Para mi sorpresa, no noté ningún olor raro. Es más, en algún puerto en el que hemos nadado, el olor era mucho más fuerte que aquí. La visibilidad bastaste escasa, pero es normal. Y la temperatura, algo fresca pero con el neopreno sin problema.

Caliento un poco y cuando se va llegando la hora de salir, me voy acercando. Me quedo en una discreta tercera línea. No hay mucha gente, así que no será complicado coger una buena posición para evitar golpes.


No se porqué, pero a pesar de no haber mucha corriente, a pesar de que evidentemente no hay olas, tampoco aglomeración de gente....no voy a gusto. Nada. Sensación de brazos pesados, sin encontrar el ritmo cómodo, encima el sol molestaba a la vista cuando sacaba la cabeza para respirar. mal. Deseando acabar el sector desde el primer momento.

Al final, viendo el tiempo (25 minutos justos), el ritmo no es malo, pero las sensaciones pésimas. Aunque por otro lado, estoy contento por haber quitado el "miedo" a nadar en la Ría.

La transición la hago bastante rápido, saliendo creo que en buena posición para la bici.
Este sector lo conozco bien. La subida que hacemos por Enekuri hasta el Vivero, la he subido bastantes veces y conozco cada curva. Así que sabiendo que es una subida tendida casi todo el tiempo, puedo apretar en los tramos más llanos, metiendo incluso el plato en algún tramo largo. Cuando yo estoy llegando a la bajada, me cruzo con Iraitz, que lleva buena cara. Aunque aún le queda para llegar al giro así que creo que en la bici no me pilla.

Y la bajada por Bengoetexe, espectacular. A pesar de estar húmeda, de ser revirada y bastante pronunciada, el saber que tienes todo el ancho para ti, da mucha tranquilidad. El Garmin me marcó como velocidad máxima 74km/h, que es si no me equivoco la mayor que he cogido nunca en bici. Voy disfrutando de la bajada y controlando a la vez, si querer adelantar al que llevo delante por no tener un choque. No me fio de que me de tiempo a pasarle antes de llegar a las curvas. Una vez acabada la bajada, comienza un tramo por la general en el que nos han dejado todo un carril para nosotros. Ahí, a la altura de Etxebarri casi tengo que frenar de golpe. El bíceps femoral me da un serio aviso de que quiere descansar. Así que no me queda otra que bajar el ritmo y poner el piloto automático hasta llegar a Begoña, donde ya es casi todo bajada o llano hasta llegar de nuevo a Boxes.

En la a segunda transición, enseguida vi que corriendo iba a sufrir. Según me agaché para quitarme las zapatilla de la bici y ponerme las de correr, los gemelos protestan.

Al principio parece que voy a poder correr medianamente a gusto, pero ya a la altura del túnel del Guggenheim, la cabeza me empieza a decir que me vuelva para la meta. Las piernas no responden, y los isquios protestan. Sobre todo el izquierdo. Tanto, que cada no demasiados metros tengo que parar y echar a andar. Si no llega a ser porque mi familia está en Deusto esperando a que pase, habría abandonado.


Llego al primer giro, en Pío Baroja y no veo a nadie controlando. Sólo están los conos para hacer el giro. Me sorprende. En la otra orilla, cuando llego, lo mismo. Solo los conos al inicio de Campo Volantin.

Antes de llegar al Puente de La Salve, me pasa Iraitz que aunque no está volando como yo pensaba, va mucho más rápido que yo.

Hace rato que voy echando de menos beber algo. No ha habido ningún avituallamiento en todo el sector de carrera, y ya estoy llegando al kilómetro 6. Más o menos por allí, están Patri, Alba y mis padres. Primero veo a Patri, que me pregunta a ver que me ha pasado, porque voy muy retrasado según los tiempos que les había dicho. Le cuento lo de los isquios. Y me paro con ella a beber en una fuente.  Poco a poco sigo corriendo, y llego hasta el giro del Puente Euskalduna, y veo de nuevo que no hay ningún tipo de control en el giro. No entiendo que no haya nadie controlando. 

Vuelvo a parar en la fuente a beber.

Cuando ya estoy llegando de nuevo a Zubizuri para cambiar de orilla y tirar ya para la meta, veo que están montando un avituallamiento para los de la distancia HALF. Es nuestro kilómetro 8. Les digo que me den un vaso de agua y me lo dan, aunque en realidad no era para nosotros.

A duras penas llego a meta, una meta a la que para el público es prácticamente imposible acceder por lo que queda bastante desangelada, además de ser una llegada rara, con un último giro de 180º que no tiene mucho sentido.

Acabo en 3:00:05 aunque no entiendo porque en la clasificación me pone 3:01:29
Al ser la bolsa que nos habían dado con el dorsal tan escasa, pensaba que en meta nos darían alguna camiseta de Finisher, alguna medalla, o algo... pero nada. un par de voluntarios que me miran como las vacas al tren, y nada más. Avituallamiento abundante, eso sí. Me tomé una Radler casi de trago. Estaba seco. No puede ser que no hubiera ningún avituallamiento en todo el sector de carrera.

Me doy prisa en ir a boxes a sacar la bici y todo lo demás, porque en breve lo van a cerrar y ya no se puede acceder hasta las 5 de la tarde.


Cojo la bolsa del guardarropa y una voluntaria con bastante malas formas, me dice que me salga a la calle a vestirme, que allí dentro (en el museo marítimo), queda muy feo. No niego que quede feo, pero cojones, dilo de otra forma. Total que me cambié en la puerta del Itsas Museum.

Me ha dejado un muy mal sabor de boca el Triatlón, y no hablo de mi resultado deportivo. No me ha gustado nada el hecho de que no hubiera un avituallamiento, me ha defraudado la bolsa, me ha defraudado la llagada, y sobre todo la falta de control en los giros.
Desde luego no volveré. Con todas estas malas sensaciones, escribí en la página de Facebook del Triatlón el siguiente texto, que de momento no ha tenido ningún tipo de respuesta:



Ahora no queda otra que cambiar el chip y comenzar a entrenar para el próximo objetivo. La media maratón de Vitoria, con la intención de bajar holgadamente de la hora y media.

Otro sorteo más

La semana ha termindo prácticamente como empezó. Con muy pocos entrenamientos. Sólo un par de días en la piscina, y otro día que salí a correr unos 14 kilómetros. Desde luego así, me costará disfrutar en los triatlones que vienen.

Y digo vienen porque parecía que sólo iba a estar en la línea de salida del Triatlón Olímpico de  Bilbao, pero el viernes, recibí un mail en el que me informaban que me había tocado un dorsal gratis para participar en el Triatlón Santander Getxo. El sorteo vino de parte de la web Planes KH7, del famoso limpiador. La verdad es que cuando me llegó el mail, no recordaba exactamente cómo me había inscrito en el sorteo, ni cuando, pero sí recordaba que había hecho algo en la web. 
El caso es que a pesar de que queda poco y que no voy a poder entrenar demasiado, allí estaré.

Además, ya está decidido también el preparar un poco específicamente la media maratón de Vitoria del 22 de diciembre, por lo que tendré que entrenar un poco más a conciencia el tema de correr.


Rutina

Ya estamos en septiembre. El verano ha pasado como siempre, más rápido de lo que nos gustaría, pero al menos, en lo que se refiere a deporte, ha estado bien aprovechado. También en cuanto a vacaciones, pero como aquí toca hablar de deporte, me centro en los entrenamientos.

Han sido muchos y variados. Aprovechando el tiempo, la verdad, con bastantes kilómetros en bici, muchos también nadando, tanto en aguas abiertas como en piscina, y menos de los que hubiera querido corriendo.
Pero para correr tengo todo el año y para andar en bici cuesta más sacar el tiempo necesario.

Tampoco voy a hacer un resumen exhaustivo de los entrenamientos, que para eso está STRAVA (click aquí para ver los entrenamientos)

A parte de los entrenamientos, hice también la Carrera Solidaria con Unicef, en Noja. Apenas 4.4 kilómetros, pero aprovechados al máximo, ya que corrí con Alba y eso siempre es un chute de alegría.

Sigo con la inteción de hacer el Triatlón Olímpico de Bilbao, pero aún no me he inscrito. Me da a mí, que va a haber poca gente, muy poca, y es que lo de nadar en la ría, creo que está echando para atrás a mucha gente. A mí tampoco acaba de convencerme del todo. Aunque imagino que lo haré.

Lo que se me ha caído del cartel es la participación en el triatlón de Sestao y en el de Getxo (el del  circuito organizado por el Banco Santander). 

Como objetivo para la próxima temporada, había pensado en el Half de Pamplona. De hecho ya había hablado algo con Iraitz, del Txoko, pero al ver el precio me parece que no lo haré. 140 eurazos, más viaje, más estancia, más.... demasiado dinero para un hobby que ya cuesta de pasta de por si.

Espero empezar ya pronto con la rutina de entrenamientos y quien sabe, quizá prepare específicamente alguna media maratón, que hace tiempo que no me pongo a ello.

Triatlón de Somo, transiciones y GPS

Ya han pasado dos semanas desde el Triatlón de Bizkaia. Han sido dos semanas de transición, casi de descanso. Un par de sesiones de natación, una última clase de spinning, una salida con la bici y...poco más.

Creo que era algo necesario después de tantos entrenamientos durante tanto tiempo. Sin embargo, ya estoy casi inmerso en otra preparación.

Sí que es verdad que en esta ocasión no parto tan de "cero", y que el reto puede parecer a priori menos exigente. Será el 5 de octubre, cuando tengo intención de hacer el Triatlón Olímpico de Bilbao. Decía que a priori puede parecer menos exigente, pero lo quiero preparar bien para poder hacerlo fuerte, no como el de Bizkaia donde mi única intención era acabarlo. Y quedan a fecha de hoy sólo 90 días. Tres meses. 

Además, quería preparar específicamente la carrera, intentando hacer un plan para sub 40'. A ver si me pongo a ello.

Como los últimos veranos, he empezado también a hacer algo de Core, algo de abdominales, flexiones, etc....

A ver qué sale.

Por otro lado, ayer participé por segunda vez en el Triatlón de Somo. Un triatlón más corto que un sprint. La primera vez que participé fue en 2010 (aquí tenéis la crónica de entonces: Crónica Triatlón de Somo 2010)

La organización no ha mejorado mucho desde entonces, pero al ser un Triatón pequeño, quizá no le haga falta la infraestructura que tienen otras pruebas.

Tras dejar las cosas en los boxes, hay que ir hasta la zona de salida, que está alejada unos 500 metros.
Allí coincido con Sergio Mijancos, Alberto, de Bilbaotri, y Maitane de SestaoTri. Un poco de charla y nos preparamos para salir. Al ser una distancia tan corta, unos 650 metros, decido nadar sin neopreno. No me compensa la posible mejora de nadar con él con el tiempo que tardo en quitármelo, así que nado sólo con el mono.

En seguida dan la salida, avisándonos antes de que no nos peguemos demasiado al espigón para no rozarnos con las rocas. Salgo, como siempre, sin pegarme por estar en primera fila, así que los primeros metros hasta pasar por debajo del puente son algo lentos. Pero luego, cojo un rumbo sin gente y puedo ir a un ritmo cómodo pero vivo.

Llego a Boxes y en poco tiempo estoy listo para salir con la bici. Transición rápida. Sin embargo, cuando ya llevo unos 600 metros con la bici, me doy cuenta de que no he pulsado en el reloj cuando he llegado a boxes, por lo que sigue marcando "natación", así que pulso, y sigo subiendo la cuesta de salida de Somo. Al de otro buen rato, me doy cuenta de que sólo lo he pulsado una vez, así que según el reloj, estoy en "Transición 1", así que le doy de nuevo y ahora ya sí, empieza a contar "Ciclismo".
Me centro en pedalear y voy pasando a gente, algo raro en mí. Aunque de repente, me pasa Sergio en un grupo como si yo estuviera parado, y estaba yendo a más de 35 km/h!!!

El recorrido de la bici se hace por la carretera de Somo a Galizano, que es un recta de algo más de 7 kilómetros. Se da la vuelta en una rotonda, y vuelta por el mismo sitio. A mitad de trayecto de ida, noto que se me suelta el cinturón del dorsal. Intento cogerlo pero se me cae al suelo. Dudo unos metros en  parar y cogerlo y al final, decido seguir sin dorsal y cogerlo a la vuelta.

Foto de Alfredo Poomusaiva
Voy muy rápido, sabiendo que la distancia es corta y prácticamente llano. Me pasa otro grupo, pero consigo ponerme a cola. Y en ese grupo sigo hasta un buen rato después de dar el giro para volver a Somo.

Cuando ya estoy acercándome a donde había perdido el dorsal, veo en una isleta a un ciclista que está sujetando mi portadorsal y preguntando a los que corríamos a ver si alguno lo habia perdido, así que cuando llego a su lado le aviso que es mío y lo cojo alvuelo, con lo que no tengo que parar. Me lo pongo como puedo al cuello y sigo hasta boxes. Al coger el dorsal pierdo el grupo, pero consigo que no se me vayan demasiado.

Cuando llego a boxes pulso en reloj para ponerlo en "Transición 2". Hago de nuevo una buena transición y salgo a correr muy rápido.

El recorrido de correr es algo variado, con algún tramo de escaleras, otros de arena de playa, alguna subida "campo a través", divertido. Al principio me cuesta un poco coger un buen ritmo pero luego voy a gusto, adelantando gente.
No miro el reloj en ningún momento, pero las sensaciones son buenas. Doy la primera vuelta, cojo la pulsera y sigo corriendo y adelantando gente.




Cuando llego a meta, se me olvida parar el reloj, así que cuando me recupero del spint, y lo miro, veo que sigue marcando "Transicion 2". No le había dado al salir de boxes a correr. Así que ahora le doy varias vaeces hasta que, aún sin mucha sangre en el cerebro, lo paro. No se realmente, ni cuanto he tardado en general, ni cuanto he tardado en ninguno de los sectores. Vaya descontrol!! Eso sí, bastante menos que en 2010 (era fácil). Creo que alrededor de 55-56 minutos, pero no lo tengo claro. Esperaremos a ver que dice la clasificación, de la que a decir verdad, tampoco espero mucho porque no había alfombras para los chips.

El caso es que otro triatlón hecho. Esta semana, volveremos al Acuatlón de Noja, a ver si lo hago mejor que el año pasado. Así con la tontería, esta será mi sexta participación!



Bizkaia Triathlon 2019 - Distancia Half

Pues ya pasó.

Un montón de entrenamientos, algunos buenos, otros malos, días con buenas sensaciones, días que no vas ni para abajo, pero todos sumando.

Los nervios aparecieron el jueves a la tarde cuando empecé a preparar las cosas. Lo tenía que dejar casi todo listo para el viernes, en cuanto saliera del trabajo, ir a Gernika y a Bermeo para dejar los aparejos en boxes. De hecho, esa noche me costó más dormir que el viernes.

El mismo viernes, llegué a Gernika un poco antes de abrieran la entrega de dorsales, y no fui el primero. Es mi primera vez en esta distancia, y en este tipo de triatlones con dos transiciones en diferentes lugares. Es un poco estresante, pero como todo, una vez que ves cómo funciona, es más fácil de lo que parece.
 
Después de dejar todo en su sitio, de nuevo al coche y para Bermeo a dejar la Bici y sus cosas, y de paso ver un poco el recorrido de la carretera de Bermeo a Gernika, que no conocía. Mucho tobogán.
Y a todo correr, vuelta a Bilbao para prepararme para una celebración familiar, con cena incluida, en la que me cuidé mucho. Sólo una copita de vino y una cerveza antes de cenar. El resto, a agua. 
 
Ya el sábado, como apoyo logístico y moral, me acompañaron mis padres, ya que Patri se quedó con Alba que a la tarde tenía en Durango el campeonato de Bizkaia sub16 y no era plan de que anduviera desde las 6 de la mañana despierta y dando vueltas por Bermeo y Gernika hasta la hora de su carrera.
Así que a costa de un buen madrugón, llegamos a Gernika con tiempo para encontrar sitio para aparcar en el parking de al lado de los boxes de la T2. Ya se veía mucho triatleta por allí. Después de comprobar que la bolsa de correr estaba en su sitio y con lo que tenía que tener (zapas, calcetos, geles....), nos fuimos al apeadero a coger el tren para ir a Bermeo.

Como llegamos con tiempo de sobra, nos tomamos un café en una de las terrazas del puerto.
Luego, un paseito hasta los boxes de la T1 para de nuevo, comprobar que todo estuviera correctamente colocado...la bici, la bolsa con las zapas de la bici, etc.

Aún quedaba mucho tiempo, por lo que nos fuimos a ver un poco el puerto desde el malecón, para comprobar el circuito de natación y ver que tal podrían verme mis padres nadar. El puerto tenía buena pinta, con el agua bastante limpia y sin oleaje. Fuera del malecón, había algo más de ondulaciones en el agua, pero nada serio.
 
Y como ya se acercaba el momento, volvimos a la zona de boxes para empezar a vestirme. Ahora ya los nervios sí que empezaban asomar. Tras cambiarme y ponerme el mono y el neopreno, dejo la mochila en el guardarropa y nos acercamos ya a la zona de salida. Antes me como un plátano. Me han aconsejado que coma bastante. Por eso llevo 4 barritas y 4 geles en la bici, más otros dos geles para correr.

Cuando ya sólo quedan 10 minutos, me meto por fin al agua y caliento un poco, más que nada para quitar nervios. Charlo con algún conocido y con algún que otro novato en la distancia como yo. Nos damos ánimos mutuamente y nos acercamos a las boyas que marcan la línea de salida. Los jueces tardan un poco, pero por fin, suena la bocina y empezamos a nadar. Aunque los primeros 300-400 metros es un nadar de aquella manera. No hay más que espuma y brazos alrededor y cuesta hacerse hueco. No me estreso, y me tomo todo con mucha calma. 


 
La cosa se tranquiliza un poco cuando por fin salimos del puerto y enfilamos hacia la boya de la derecha de la bocana. Ahí, mucha gente continuó de frente en lugar de girar directamente a la derecha al salir del malecón. Eso hizo que por fin pudiera coger un buen ritmo aunque aquí, se notaba que el mar estaba más movido de lo que aparentaba desde fuera.

Voy muy a gusto a un ritmo cómodo y sin forzar, y aún así veo que voy pasando a gente. Giro la última boya y ya enfilo la vuelta hasta la rampa de salida. Este tramo se me hace más largo de lo esperado.

Por fin llego a la rampa y paro el reloj. 33' para los algo más de 2100 que me marca el Garmin. Bien.
En la transición me lo tomo con calma. Me quito el neopreno tranquilo y extiendo todo lo de la bici en el suelo para tenerlo todo a la vista. 

Tardo algo más de 3 minutos en salir ya con la bici. A partir de aquí, quedan 86 kilómetros que me tomo, al igual que en la natación, con calma.

Buena parte del recorrido ya lo conocía. El lunes siguiente a las jornadas pirenaicas me acerque por allí a hacer una pasada. Eso me ha venido muy bien para saber lo que había por delante en cada momento. Sólo me faltaba por conocer el tramo desde Bermeo a Gernika y el último tramo del recorrido, hasta Gernika, y de estos dos, el primero lo vi el viernes con el coche.

Antes de que se me olvide, tengo que dar muchísimas gracias a la Organización y a los voluntarios. En el sector ciclista, había un voluntario al menos en cada cruce, en cada salida de calle importante, en cada giro.....no se cuantos habría, pero muchos, muchos. En los avituallamientos también había mucha gente. Increíble.

Con respecto a la bici propiamente dicha, al igual que en la natación me lo tomé con muchísima calma, sin forzar en ningún tramo y procurando guardar fuerza en las piernas para luego poder correr en condiciones. Así que durante buena parte del del recorrido, no dejaron de pasarme participantes. 

Empezaba a hacer calor, pero la verdad es que en la bici no lo noté demasiado. Además, durante buena parte del recorrido, había bastante sombra, así que era muy llevadero. Hablando del recorrido...sencillamente ESPECTACULAR. De hecho, era lo que más oí comentar entre los participantes que no eran de por aquí. Mucho monte, predominio del color verde, zonas en las que se mezcla el verde bosque con el azul mar....otro punto para la organización.



Los kilómetros fueron pasando sin problemas, y disfrutando cada uno de ellos. Fui comiendo lo previsto y bebiendo agua en cada avituallamiento y me bebí casi litro y medio de isotónico.

Al final, llegué a la T2 en 3:08. 


Como en la anterior transición, me lo tomo con calma. Nada más salir, veo la única pega de todo el triatlón: unas escaleras. Hay que subir a un puente peatonal para cruzar las vías, y hay que hacerlo 3 veces, una por cada vuelta. La primera vez, nada más salir de la T2, subo los escalones de dos en dos, y tras bajar por el otro lado, empiezo a correr. De momento, las piernas protestan lo normal tras haber dejado la bici, pero lo que empieza a molestar y eso ya me preocupa más, es la tripa.

Me suele pasar cuando hace mucho calor, y lo hacía, que la bebida que tomo durante la carrera, me sienta muy mal, se me cierra el estómago y me entran ganas de vomitar. Y cuando empieza así, ya no hay forma de darle la vuelta. Así que cuando en el kilómetro 3 ó 4, tuve que parar y empezar a andar para intentar que no fuera a más las molestias, ya vi que se me iba a hacer largo.

























 En los avituallamientos, muchos voluntarios, animando a tope, ofreciendo agua, isotónico, coca colas....y yo en cada avituallamiento intento beber pero cada vez que bebo me sienta mal y vuelven las ganas de vomitar. Así que a ratos andando y ratos al trote, voy haciendo kilómetros. Así hasta que en uno de los avituallamientos me da por tomar un vaso de coca cola. Y la verdad es que me sentó de maravilla. Al poco de tomarlo, puede correr más que andar, y en la siguiente vuelta, volví a tomar otro vaso y así pude aguantar bien hasta el final. 2:15 para los 21 kilómetros.

En meta, 6 horas 5 minutos, y aunque el tiempo no es bueno, es lo que menos me importa. Primer Half terminado y con una sonrisa en la cara. 

Tras recoger todo el material y darme la ducha reglamentaria, nos fuimos camino a Durango a ver correr a Alba.

Y ahora a descansar unos días, y a empezar de nuevo. Esta vez para preparar el Tri Olímpico de Bilbao el próximo 5 de octubre















Penúltima semana (10/06 a 16/06) y Triatlón Sprint de Lekeitio

Se nota que se acerca el asunto. Los nervios van saliendo a flote y no hago más que pensar en si me saldrá bien, si petaré, si acabaré con ganas de volver a hacer esa distancia. También surgen las dudas sobre la logística, ya que las transiciones son cada una en sitio distinto, las distancias son mucho mayores, por lo que el equipamiento necesario también es mayor, etc.

Aunque en tiempo de entrenamiento no ha sido de las mejores semanas, estoy contento por el número de sesiones y por la variedad de ellas.
El lunes 10, natación continua. Un poco más largo que lo habitual para las horas mañaneras. 2100 metros de nado continuo.

Una sesión un poco más dura el martes 11, con 1700 metros, haciendo 10 x 100 sin palas, todos por debajo de 1:30 y descansando hasta los dos minutos. Acabé cansado pero no extenuado. Buena señal.
A la tarde, spinning con sesión ligera, ya que no era cuestión cargar demasiado las patas teniendo competición el sábado.

Por tercer día consecutivo, el miércoles 12 empecé el día en el agua. 1800 metros, cambiando las series de 100 por series de 50. 20x50 en 42" descansando hasta el minuto y luego 75 metros fuertes con las palas. Y a la tarde, probé un recorrido que conocía pero que no había hecho nunca corriendo. Llegué hasta Arrigorriaga por San Miguel pero en lugar de volver por el río, subí hasta Mendikosolo para bajar hasta La Peña. Unos 13 km con desnivel, pero que salieron a ritmo de 4:30 aproximadamente. Muy contento.

De nuevo el jueves 13, doble sesión continua. Primero spinning, con sesión aún más suave que el martes, y luego la vuelta típica corriendo cuando lo hago después de Spinning. 5.63 kilómetros por debajo de 4:25.





Y nada más hasta el sábado 15, cuando hice el Triatlón Sprint de Lekeitio (750mts natación + 21km bici +5km corriendo)

Segunda participación en esta prueba, por lo que ya puedo hacer comparaciones del estado de forma con respecto al año pasado. Algo que es fácil, porque el año pasado entrené mucho menos que este año.

Fuimos pronto toda la familia y en el puerto, después de coger el dorsal, comimos tranquilamente al sol, que aunque daba de pleno no calentaba mucho. Un muy buen día para triatlón, sin casi viento, mal calmada, no mucho calor...

Tras un breve calentamiento corriendo por el muelle, me pongo el neopreno y voy a la playa para calentar un poco nadando. Allí charlo un poco con Sergio Mijancos, quien me insiste (ya me lo había comentado otro día), en que el año que viene me apunte su equipo, el BilbaoTri. No lo descarto, pero lo pensaré con calma cuando llegue el momento. Charlo otro rato con Alberto, que fue entrenador en el Sendoa de Alba.

Primero salen las chicas, y los 15 minutos que hay desde su salida hasta la nuestra se me hacen eternos. Como siempre, aunque la natación es donde (comparativamente con el resto) soy mejor no me gusta ponerme delante, puesto que no voy ni a ir a tope, ni intento buscar un puesto concreto al final. Mi objetivo no es otro que mejorar y sobre todo disfrutar. 

Foto de Naike Ereñozaga
Así que cuando dan la salida, dejo un poco que se vayan los primeros y me lanzo a nadar. Los primeros metros son agobiantes, pero se buscarme sitio por los años de waterpolo. Sin avasallar, por supuesto, pero sin dejarme tampoco. En el giro de la primera boya, me dan una buena patada en la mandíbula, pero sin consecuencias. Voy adelantando pero como digo, no voy fuerte. He cogido un ritmo cómodo para no quemarme demasiado de cara a lo que queda. Aún así, salgo del agua el 125.

En la transición, pierdo mucho tiempo, más de dos minutos. No se porqué, me cuesta un montón ponerme las zapatillas. Además, cuando consigo estar ya listo y ya con la bici bajada, me doy cuenta de que no me había puesto el dorsal, por lo que otra vez a dejar la bici, ponerme el dorsal y salir.

Aunque he entrando más bici que el año pasado, aún no tengo el punto pillado y antes de llegar al inicio de la subida a Milloi, veo pasar grupos a los que no puedo unirme. En la subida algo adelanto y bajando también. La verdad es que voy muy cómodo y disfrutando mucho. La bajada hacia Lekeitio la hago muy rápido, y aquí sí consigo meterme en un grupo con el que llego hasta la transición.

Esta vez la hago rápido, y rápido también empiezo a correr. Los primeros metros siempre son un poco especiales puesto que las piernas parece que no van, pero empiezo a coger un buen ritmo ya pasar a gente. De hecho, paso todo el sector pasando a gente, y  haciendo kilómetros a ritmos incluso por debajo de 4' aunque son en bajada.

Los últimos metros los hago con un chico (joven) del Urbiko, y como veo que se me va, decido no esprintar y llegar a meta sonriendo. 1:17:52, Cinco minutos menos que el año pasado, sobre todo gracias a la bici, ya que en la natación hago algo más que el año pasado:



NATACIÓN  12:46 (2018) - 13:02 (2019)
BICI            44:05 (2018) - 41:48 (2019)
CORRER      22:37 (2018) - 20:03 (2019)

En meta, charlo un rato con un par de amigos mientras recuperamos un poco y nos comentamos próximos objetivos, carreras, etc.


Así que muy contento con el resultado y sobre todo con las sensaciones. Ya veremos la semana que viene.




Resumen Mensual (y sólo quedan 3), 03/06 a 09/06

Pues sí. Llegados a este punto, podemos dar por iniciada la cuenta atrás definitiva. Tres semanitas, y aunque me dicen que estoy entrenando bien, las dudas cada vez son más grandes. Pero como el objetivo no es otro que terminar dignamente, lo tomaré tranquilo en la medida de lo posible.

En cuanto a entrenamientos, no ha sido la mejor. Y viendo las últimas semanas, está claro que llevo bastantes sin hacer semanas completas. Poco de todo, pero algo de todo. Tendrá que valer.

El lunes 3, Trote progresivo de 12 kilómetros a 4:32 de media, pero la mayoría de los kilómetros fueron alrededor de 4:25. ¿sensaciones? buenas, la verdad.

Martes 4, dos sesiones. La primera, de natación. 1900 metros en Txurdinaga, con unos primeros 500 de calentamiento, para hacer luego dos repeticiones de 500 con las palas, haciendo el segundo más rápido que el primero, y acabando con 400 suaves. A la tarde, sesión de spinning, donde Iratxe nos metió una clase dura, con mucho tiempo con carga alta, haciendo sufrir bastante los cuádriceps.

Otras dos sesiones el Miércoles 5. Corta sesión de natación, 1000 metros, aunque lo bueno es que fue justo antes de salir a correr. Lo malo, es que a esas horas de la tarde, la piscina está llena de gente. Aún así, entre esquivar por aquí y por allá, saqué un ritmo aceptable. Y otra cosa buena, es que al nadar justo antes de correr, ya sales con el calentamiento hecho, y las pulsaciones suben mucho más fácil. Por eso, la media de los 11,4 salió a 4:22.

Una sesión de Spinning es todo lo que hice el jueves 6. Normalita además.

Click para ver la información de la Subida en ALTIMETRIAS.COM
El finde, me llevé la bici a Noja. Así que el sábado 8, madrugué y para las 7:50 ya estaba andando en bici. Tenía muchas ganas de subir a Peña Cabarga. Una subida cerca de Santander, que ha sido varias veces final de etapas de la Vuelta a España. Son apenas 6 kilómetros, no llega, pero con una gran dureza, teniendo varios puntos del 18-19%. El caso es que me veo mucho mejor en las subidas que el año pasado, y le he perdido un poco el miedo a este tipo de subidas. Ya, según Strava, en la subida de Ajo, nada más empezar el entrenamiento, he hecho bastante mejor tiempo que las otras veces que había subido.

Tras unos 35 kilómetros de más o menos llaneo, empieza la subida, con casi unos 3 kilómetros de subida más o menos constante. Dura, pero llevadero. A mitad de subida, hay un pequeño descanso, incluso con alguna pequeña bajada, dejando para el final lo más duro, con una sucesión de curvas de herradura de quitar el hipo, pero sobre todo, en el kilómetro 5, una recta con una pendiente del 18%, que me dieron ganas de bajarme de la bici. Pasada esta recta, todavía quedan unas buenas rampas.
Eso sí, las vistas desde arriba son impresionantes, tanto a la zona de la bahía de Santander, como a la zona del interior. Tuve suerte y las nubes eran bastante altas, por lo que no impedían nada la visión.

La bajada, rapidísima, sobre todo tras dejar atrás las curvas de herradura, puesto que hay mucha visibilidad por las rectas que tiene.

La vuelta, por Beranga, donde cogí la subida que lleva a Escalante y luego el Portillo que lleva a Castillo. Total, 82 kilómetros de disfrute.