Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Medio maratón de Donostia, mi 20º Medio maratón

Una vez que se ha cumplido el objetivo, quieras que no, la cabeza se relaja. Creo que, entre otras cosas, eso es lo que me pasó el domingo en la Media Maratón de Donostia.

Yo que había pensado en un fin de semana de turisteo por tierras Donostiarras, con algún baño en la playa, paseos, pintxos, etc y al final se quedó todo en una breve estancia de menos de 20 horas. Lluvia, y más lluvia mezclada con viento. Así ha sido el fin de semana.

Llegamos el sábado por la tarde, después de haber visto parte del 2º Triatlón de Bilbao. Aparcamos el coche y fuimos a dejar la maleta y la mochila a la pensión (por cierto, Pensión Kaia… ni os acerquéis por allí), y luego bajamos a la calle para tomar algo y estar con unos amigos de Bilbao. Sí, de Bilbao, que tiene narices que viviendo todos en Bilbao, tengamos que quedar en Donostia. Él, Iñigo, también corría al día siguiente su primera Media maratón. Al final nos liamos y acabamos llegando a dormir bastante tarde, y porque estábamos con los niños que si no…
La noche fue de las de olvidar. La cama incómoda, la pensión limpia pero vieja, y lo peor, los de la habitación de al lado. Ruidos, discusiones, etc. Total, que no dormí casi nada en toda la noche.

Y además, seguía lloviendo.

Me levanté con tiempo, me vestí de faena y me fui a la calle. Mientras llegaba a la zona de salida, me comí un plátano. Además, me tomé un café y un croissant. Ese sería, otro error.

Y también fue un error no pasar por el baño antes de salir a la calle.

Calenté con Iñigo un rato y después de desearnos suerte nos fuimos cada uno a su zona de salida. Yo me puse justo al final del tramo de los de sub 1:20, es decir, al principio de los de sub 1:30 y estaba bastante lejos de la salida. Con algo de retraso, poco, dieron la salida. No entiendo para qué ponen “cajones” si luego cada uno se coloca donde le sale de los co…nes.

Que estrés durante los primeros 700-800 metros hasta que adelantas a las cuadrillas que van de charleta, a los debutantes que se ponen adelante del todo, a los que sólo quieren acabar… zigzagueando todo el rato. Y encima también había que ir esquivando los charcos. De todas formas, hago el primer kilometro en 4:11. Por la zona del Paseo de la Concha, antes de llegar al túnel, nos pega algo de viento.

Debido al tiempo, no hay mucha animación en todo éste tramo. Además, entre el dormir poco, el croissant del desayuno, etc, noto que no voy nada cómodo. No son ni por asomo, las mismas sensaciones que en Vitoria. Consigo a duras penas hacer durante los 7 primeros kms un ritmo de 4:07, pero más o menos por la zona del María Cristina, que es donde están Alba y Patricia viendo la carrera, decido dedicarme a acabar la carrera sin más. Intentar una MMP en esas condiciones de tiempo y con las sensaciones que llegaba, hubiese sido una tontería. Así que bajo considerablemente el ritmo y empiezo a rodar en torno a 4:20 (alguno por encima y alguno por debajo), hasta el km 12 que con el viento y una gran tromba de agua lo hago en 4:34. Sólo quiero llegar a meta, ducharme y marcharme a casa.

Al final sin mucha más historia, acabo en 1:32:51.

Me hubiera gustado por lo menos volver a hacer un sub 1:30, pero no era el día para sufrir en balde.

Y aún así, el lunes estuve con los cuádriceps muy tocados.

Pero no me quejo. Ésta ha sido la mejor preparación que he hecho nunca para una carrera. Ha sido la vez que más kms he hecho en las 12 semanas previas a la carrera, llegando a 647 kms, más incluso que cuando he preparado maratones. Además, me han respetado las lesiones y no he tenido ninguna molestia. Los ritmos me han salido bastante fácil y sobre todo, he disfrutado entrenando.

Igual, aprovechando la forma, intento acercarme a Torrelavega el próximo 10 de junio para un 10kms e intentar bajar mi marca. A ver cómo entreno estas semanas.


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