Próximas carreras (o al menos, intenciones)

La noche me confunde


A pesar de las advertencias, a pesar de mis intenciones, a pesar de todo, está claro que la noche me confunde.
El sábado corrí mi quinto maratón, el Maratón Nocturno de Bilbao. Mi idea era intentar hacer 3 horas 20 minutos, lo que equivale a ir a un ritmo medio de 4 minutos 45 segundos por kilómetro. Pero me ví bien y fuí un poco más rápido. Pecado mortal en maratón.
De todas formas no creo que fuera la única causa de mi petada. Correr de noche (la salida era a las 9 de la noche) hace que no estés descansado como cuando corres de día. Quieras o no, durante el día estás activo, así que eso luego se paga.

Antes de copiar la crónica que ya he puesto en el Foro el Atleta, quiero dar las gracias (aunque a ella ya se lo he dicho) a Patri y a Alba. Os quiero y gracias por estar ahí.

Ésta es la crónica:Toca otra vez, contar la petada en un Maratón.
Después de la kdd dónde nos sacamos las fotos de rigor, dónde conocemos a los que no conocíamos y nos preparamos, dejamos las bolsas y nos vamos hacia la salida.
Tardan mucho en dar la salida, casi unos 15 minutos.
Cuando dan la salida, los pelos se me ponen de punta, porque entre la tensión, los fuegos artificiales y la propia carrera, la emoción se dispara.

Nada más salir, le deseo suerte a Free y me voy para adelante. Mucha gente y poco sitio para correr, por lo que me lo tomo con calma y procuro no tropezarme con nadie. La Gran Vía espectacular, un montón de gente animando. Aquí ya voy con Kokolin, al que le veo muy bien y en un par de ocasiones le digo que si quiere que se vaya, que el corre más que yo. De momento se queda conmigo.
El Kilómetro 5 lo pasamos en 24:17.
Es muy emocionante ver, en toda la bajada desde el Sagrado Corazón, a la gente echada encima de los corredores, animando.
Veo por segunda vez a mi mujer y a mi hija.
Hacia el km 8, se me cae la cinta del pulsómetro y la llevo en la mano hasta dejársela a mi mujer. A partir del km 7 aumentamos el ritmo, y nos ponemos a rodar por debajo de 4:40. De momento vamos geniales, bien de caja y bien de patas.
Paso del km 10 en 47:39


Seguimos dirección a Elorrieta, y Kokolin se va. Lo tengo a la vista pero prefiero no arriesgar y mantener el ritmo, que de todas formas es más rápido que lo planeado al principio, rodando por debajo de 4:38
En El Arenal está Gudurix, que empieza a correr a mi lado.
La media maratón la paso en 1:40 aproximadamente. De momento voy bien, y pienso que con la ayuda de Gudurix, voy a poder hacer un buen tiempo.
Sin embargo, en el kilómetro 27 le digo que bajemos el ritmo porque empiezo a notar los gemelos bastante tocados.

Y a partir de aquí la debacle. Tengo que parar en varias ocasiones para ir andando y rebajar la tensión en las piernas. Gudurix me anima y me aconseja trotar apoyando primero los talones, para no cargar las patas, pero es imposible. A partir de aquí ando más que corro.

Y cuando voy andando, cometo otro error (el primero ha sido ir más rápido de lo previsto). Bebo demasiada agua. Y poco a poco voy notando la tripa muy revuelta. Como algún plátano, alguna naranja, y bebo.
Todo esto revienta en el km 35. Tengo la tripa muy revuelta y no me queda más remedio que potar. Evidentemente sólo sale líquido.
Sin embargo me repongo un poco al notar la tripa mejor y vuelvo a trotar otro rato, hasta que de repente, me da un gran tirón en la parte posterior de la pierna, debajo del glúteo. Tengo que parar, intento estirar y no consigo relajar. Me tumba Gudurix en el suelo e intenta soltarme, pero nota que tengo el músculo como una auténtica piedra.
Cuando estoy tumbado, aparece Dani que iba en dirección Elorrieta y se ofrece a ir a por el coche para llevarme a casa. Le digo que no, que siga el corriendo que yo llegaré, aunque sea andando.
Parece que se me pasa. Sigo trotando y ahora me viene a la cabeza mi mujer y mi hija, que llevan todo el maratón animando, y eso que ya son más de las 12 de la noche.
El caso es que después del tirón, vuelvo a trotar a ratos y cuando llego a la altura de mi mujer, me paro, les doy un beso y vuelvo a ponerme en marcha.
Vuelvo a cometer el error de beber demasiado, con lo que ya en el último km tengo que volver a parar para potar. He de decir que las dos veces que he parado, se me ha acercado alguien de la organización para preguntarme si estaba bien y si necesitaba una ambulancia.
El caso es que ya estamos en el Guggenheim, Gudurix se despide y yo le agradezco de todo corazón toda la ayuda que me ha prestado. Cuando doy la curva veo a mi mujer y a mi hija, y le digo a la peque que venga conmigo. Entro en meta de la mano de Alba en 4:00, pero muy contento por haber acabado después de todos los problemas que he tenido.
Y tengo que decir que Alba, con sólo 5 años (bueno, casi 6) se ha portado como una campeona, aguantando para animarme hasta la una de la mañana.

Barcelona me espera.

2 comentarios:

  1. Uffff pobrecillo lo regular q lo tuviste q pasar. Pero muy emocionante ver como los tuyos hacen q saques fuerzas de donde no las hay y consigas terminar tu objetivo. Y preciosa foto entrando en meta con Alba, esta niña promete eh??? ;) Enhorabuena por esas 4 horitas (q ya las querria yo para mí, eh??) y sobre todo por no desistir a pesar de esos malos ratos q pasaste. Un saludo y a recuperar para la Behobia!! Qué ganas!!

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  2. Jejeje, más que regulares, hubo ratos en que lo pasé bastante mal. Sobre todo cuando me pegó el tirón en el isquio (creo que era ése músculo).
    Pero es cierto que el saber que mi mujer y mi hija estaban esperándome en el km 38, ya casi a la una de la mañana, hizo que siguiera, porque sino, es posible que no hubiera terminado.
    Y de la Behobia... ya tengo el dorsal. Supongo que nos veremos, ¿no?

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