Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Pagasarri

El miércoles, día de la Inma, conseguí por fin hacer el plan que llevaba mucho tiempo pensando. Subir al Pagasarri con Alba y con Patricia.
Fuimos en coche hasta el Bar Athletic y comenzamos a andar desde allí. Yo hacía más de 20 años que no subía, con lo que no recordaba exactamente la distancia desde el bar hasta la barrera. Pensaba que estaba más cerca. De todas formas es mejor dejar el coche un poco atrás, e ir calentando piernas.

Al principio, pensaba que no íbamos a conseguir subir hasta arriba, ya que en las primeras rampas, Alba y Patricia empezaron a quejarse de la pendiente. Y eso que aún no habíamos empezado a subir.

En todo el camino hasta la barrera, había un montón de coches aparcados, con lo que el camino estaba contínuamente con gente. Antes de empezar, con Ivan, un compañero de clase de Alba..

Como digo, las primeras rampas se hacen un poco duras, pero en cuanto las piernas cogen temperatura, van bien. En el cruce del camino de Artabe, dónde están también el desvío para subir por el camino viejo o el nuevo, nos paramos un ratito a decidir por cual subimos. Decidimos subir por el viejo, que aunque más corto, es un poco más duro. Sin embargo, también es más divertido, y por las lluvias y nieves de los últimos días, está bastante embarrado. O sea, divertido. En algúnos sitios, había que agarrarse para no resbalar, y en otros dar pequeños saltos para esquivar pequeños “riachuelos”.

Al final, la subida es bastante más entrenida y “ligera” de lo que habíamos pensado, llegando bastante frescos al cruce con el camino de Artabe, arriba. De aquí a la cima es todo pista de grava, por lo que caminando llegamos en poco tiempo hasta dónde se desvía el camino para ir hacia el Ganeta o al Ganekogorta.
Pasamos por el refugio y vamos directamente hasta el buzón de la cima, dónde nos hicímos alguna foto.
Como hacía un poco de viento, decidimos volver al refugio para comernos el bocata.




Contemplamos las vistas y de nuevo nos ponemos en camino para empezar a bajar.
La bajada la hacemos por el camino nuevo, todo grava y bastante aburrido, pero tal y como estaba el camino viejo de embarrado, era la mejor opción.

La bajada se hace dura para Alba, que empieza a quejarse cada vez más del cansancio.


Pasada la barrera, decidimos que me esperen en un banco para que yo pase a recogerlas con el coche. Aún así, ha sido una bonita subida, y como las anteriores veces que hemos ido al monte, Alba se ha portado fenomenal, disfrutando del paisaje y de el hecho de llegar a la cima

No hay comentarios:

Publicar un comentario