Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Picos de Europa

Éste ha sido un fin de semana especial. El viernes fue mi cumpleaños, y como regalo, Patricia y Alba me han regalado un FIN DE SEMANA en Potes, en Picos de Europa.

Ha sido genial. Según salió Alba del colegio el viernes, nos fuimos para allí. Llegamos a eso de las siete y media, y como ya era de noche, no pudimos apreciar el impresionante paisaje que rodea a la Posada dónde nos hospedamos: La Posada Javier, en Turieno, a dos kilómetros de Potes en dirección a Fuente Dé. La posada está muy bien. Algo sencillito, pero es lo que buscábamos. Limpia, con baño completo y bien ubicada.


Lo que si pudimos apreciar fue el impresionante cielo que teníamos sobre nuestras cabezas. Estaba completamente despejado, y se podían ver con total nitidez, una infinidad de estrellas. Algo que en Bilbao no se ve nunca.
El sábado por la mañana, nos levantamos tempranito aunque sin exagerar, y después de desayunar nos fuimos a Brez. Allí nos había indicado Gonzalo (Gudurix en el Foro El Atleta), que había una ruta que podíamos hacer con la niña, que no tenía muchas cuestas y que si el día era bueno, como lo fue, podríamos admirar unas fenomenales vistas sobre todo el macizo.



Efectivamente, la ruta fue sencilla. Aunque tuvimos de todo, barro, hierba, nieve, hielo, pero lo disfrutamos un montón. Sin prisas, contemplando el paisaje, disfrutando de cada paso.


Cuando acabamos, era ya la hora de comer, así que nos fuimos hacia Espinama, dónde nos había dicho Javier, el de la posada, que se comía muy bien. Acabamos en el restaurante Nevandi, trato muy familiar y amable, dónde me zampé un increíble Cocido Lebaniego. Y aunque tomé el Te del Puerto con Orujo para facilitara la digestión, las grasas hicieron de las suyas en mi estómago.


Por la tarde nos acercamos a Fuente Dé. En principio fuimos para ver el paisaje, porque ya sabíamos que el teleférico estaba cerrado. Sin embargo, cuando llegamos, vimos que había bastante nieve, con lo que decidimos quedarnos para jugar un rato por allí. Y lo pasamos genial tirándonos unas cuanta bolas y bajando con plásticos una pequeña ladera.


Al día siguiente, después de dejar la Posada, fuimos a Pendes, dónde hicimos otra pequeña marcha que nos llevó sin ningún problema hasta la parte alta del desfiladero de La Hermida.


Otra vez unas vistas impresionantes, sin ni siquiera ver una viruta de nube.




Qué calma, que paz, ni un ruido discordante con el paisaje.


Lo hemos pasado genial, sin estrés de ningún tipo. A mí, hasta me han entrado ganas de montar un hotelito por allí.


Pero hoy ya es lunes, y vuelven los coches, los teléfonos, los jefes...

Gracias por el fin de semana.
Os quiero.

4 comentarios:

  1. y nosotras a ti aitatxo!!!

    ResponderEliminar
  2. Me alegra que lo pasárais bien.

    Lo que dices de las estrellas es cierto. Es algo que no se ve en cualquier sitio y es una pequeña maravilla.

    ResponderEliminar
  3. Y es algo que hasta que no lo ves, ni lo echas de menos. Estamos tan acostumbrados a la contaminación que ni nos damos cuenta.

    ResponderEliminar
  4. Zona preciosa donde las haya Victor, además menudo suerte con el tiempo, las fotos reflejan lo bien que lo pasasteis.

    Un saludo,

    ResponderEliminar