Han sido bastantes entrenamientos de monte. Seguramente podría haber hecho más, pero también es cierto que nunca antes había hecho tantos seguidos.
Y tenía el fondo de los dos maratones que he hecho en lo que va de año. Lo que yo creía la combinación perfecta.
Durante la semana, apenas una nueva subida al paga, el lunes, esta vez corriendo. Y un poco de natación el jueves. Todo para llegar descansado y sin molestias a la línea de salida de Sopela.
El sábado a la noche, dejé todo preparado para no tener que andar por la mañana pensando en si me olvido de algo. Y entre las cosas que dejé preparadas, las Speedcross, ya que seguían las previsiones de agua para toda la mañana. Genial. Algo de barro no viene nada mal.
Incluso el domingo, justo cuando salía del portal de casa a las siete y media, empezaba a llover. Perfecto.
Sin embargo, llegué a Sopela, aparqué, y cuando salí del coche poniendo mis pies en dirección a la salida para recoger el dorsal, me dí cuenta de que no iba a hacer el tiempo que yo esperaba.
Pero ya no había vuelta atrás.
Recogí el dorsal, me cambié en el coche, y fui de nuevo a la zona de salida. Allí me encontré enseguida con Gorka Viteri, luego con Mitxel. En un momento, se me acerca un chico y me dice que es el Presidente de Adembi (Asociación de Esclerosis Múltiple de Bizkaia), y que les ha hecho ilusión ver la foto de mi camiseta con el logo de la Asociación. Hablamos un poco y me desea suerte para la carrera.
Después, hablo un poco con Andeka, quien me comentó un poco cómo era el recorrido, y es que este año ha sufrido importantes cambios. Ya no se llega hasta Górliz, ni se sube hasta el faro, ni hasta el Ermua. Según me comentó, la cota más elevada es de unos 240 metros, pero el desnivel positivo acumulado, supera los 1300 metros.
Además, me comentó que la primera parte, los primeros 9 kms son los más duros.
Con esta información aún dándome vueltas en la cabeza, me pongo a calentar con Gorka y con Mitxel, y en los 10 minutos escasos que calentamos, ya tengo una buena sudada. Demasiada humedad y como imaginaba, ni rastro de lluvia.
Nos vamos a la salida y allí, saludo a Yolan, que se va a enfrentar a la carrera más larga que nunca ha hecho hasta la fecha. Le deseo suerte, y ....salimos.
Primeros metros asfalteros, cuesta abajo y bien posicionado. Salimos bastante por debajo de 4 minutos el km. A lo lejos, veo la cabeza de carrera, y me alegro al ver a Gorka, Mitxel y Andeka mandando en el grupo.
Los primeros km son divertidos, me gustan, aunque seco completamente. El año pasado apenas sí se podía traccionar en las cuesta a causa del barro y este, se podía hasta volar. La diferencia es abismal, el km 2, lo he corrido este año en 6:48, mientras que el año pasado lo hice en 8:47. Dos minutos en el mismo tramo. Mucho tiempo.
El caso es que voy muy bien, pasando a gente, sin forzar mucho en las subidas controlando bastante en las bajadas. Durante buena parte de los kms iniciales, voy completamente sólo, algo que no me disgusta. No tengo presión de gente por pasarme ni en las bajadas ni en las subidas, y voy completamente agusto, a mi ritmo. Aunque los pies empiezan a notar los tacos de las Speedcross. Cada paso es un golpe más en las plantas de los piés, puesto que la amortiguación es casi nula.
Y la cosa se agrava en el km 10, cuando durante un tramo, pisamos asfalto. Se hace duro y tengo que ir suave a pesar de ser una zona, llana y asfaltada, en la que tendría que poder correr. Es casi un km entero y lo hago a 5:04.
Sale el sol.
La humedad es muy alta, y encima ahora tenemos al sol dando por saco ahí arriba. No es un sol justiciero, pero a mí me hace daño.
Llegamos a la costa, y por allí anda animando y sacando fotos, Estrella. Bordeamos el campo de Golf de Getxo, mezclados los de la marcha y los de la carrera, pero no nos molestan en absoluto, al menos a mí.
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| Saludando a Estrella. |
La primera playa, Azkorri, nos la saltamos. Por motivos de seguridad, no bajamos a la arena y vamos bordeando el acantilado. Lo agradezco. De lo que no nos libramos es de bajar a la Salvaje y luego a Atxabiribil. Dos playas menos que en la Kosta Trail del año pasado.
A éstas alturas de carrera, km 17 en Sopelmar, mis piernas están muy tocadas. Ya hemos empezado con los calambres. Intento correr en todas las zonas corribles, aunque sea a ritmo lento, pero cada pocos cientos de metros, tengo que parar a estirar un poco. No entiendo cómo he podido llegar a tener tan mal las piernas después de tan pocos kilómetros. He bebido y comido en todos los avituallamientos, he desayunado bien,...
Me empieza a pasar mucha gente. Pero es que no puedo ir corriendo.
Poco que contar ya hasta meta. Todo el rato igual. Corriendo suave y parando cuando notaba que algún músculo quería subirse.
Y a pesar de todo, llego a la zona de meta con ganas de correr, suave pero correr. A lo lejos, veo que ha venido mi mujer y mi hija a verme en la llegada. En el momento pienso "menos mal, no tengo que llevar yo el coche a la vuelta".
Y llego a meta con Alba. 3:31.
Enseguida voy al avituallamiento de meta a coger algo de coca-cola. Creo que necesito azúcar. Sin embargo, no me sienta bien a la tripa. Suele pasarme cuando hago carreras largas, la tripa va a su aire.
No acabo de cogerle el punto a la Kosta. Me gusta, me gusta mucho, pero en las tres veces que he corrido, he sufrido más de lo que pensaba. Incluso en la Burdin Hesia de hace unas semanas, llegué muy bien a meta. Es cierto que unos km menos, pero no me pareció suave tampoco.
Aún así, supongo que el año que viene, repetiré.
Y ahora toca descansar. Se acabó la temporada. Al menos durante un par de semanas voy a intentar no correr (no sé si lo conseguiré). Voy a nadar, incluso jugaré un partido de waterpolo el domingo 22, andar en bici...y pensar un poco en los objetivos para la próxima temporada.
Zorionak Victor!!! Estás hecho un guerrero!!! Si no llega a ser por las zapas, seguro que hubieses hecho un tiempo mejor. Un beso.
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