Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Bilbao Bilbao 2019, Cicloturismo.

Un día estupendo el que hizo ayer en Bilbao para disfrutar de la bici.

Pensaba que se iba a apuntar más gente del Txoko, pero al final sólo estuvimos Jose, Juanillo y yo.

La primera salida era a las 8, así que un poco antes, quedamos en el Museo y poco a poco, en medio de una marabunta de gente y de bicis pasamos por debajo del arco de salida.

Los primeros kilómetros se hacen casi en parado, con muchísimos ciclistas (unos ocho mil según la organización) por las calles de Bilbao así que, hasta que no salimos a la carretera de la Ría no podemos empezar a andar en condiciones.

Hace un poco de fresco, pero la previsión del tiempo es buena así que decido salir con guantes cortos, culotte corto y un ligero cortavientos sobre el maillot, para un poco más tarde quitármelo y quedarme sólo con el maillot del Txoko. Acierto.

Las subidas que hay hasta el avituallamiento son muy llevaderas (Andrakas y Unbe), y las subimos casi sin darnos cuenta, charlando y arreglando el mundo.

Subiendo Andrakas

Andrakas


Un poco antes de llegar a Zamudio (avituallamiento), nos alcanza Juanillo, que se había quedado atrás por un par de paradas "técnicas".

Como viene siendo costumbre, cuando recogemos la bolsa con el avituallamiento, nos paramos tranquílamente a comer algo y a comentar las mejores jugadas.

Avituallamiento
Queda más o menos la mitad, y aunque hasta aquí hemos llegado muy tranquilos y sin sudar casi, ahora viene la parte más dura, Morga y El Vivero, además de que la temperatura ha subido algo y ya llevamos 60 kilómetros en las piernas. 

Hasta llegar al inicio de la subida a Gerekiz, antesala de Morga, seguimos yendo en grupo, pero nada más empezar a subir Morga, Jose se va para adelante casi sin esfuerzo. Yo subo a buen ritmo y de hecho, según Strava, hago mi mejor subida a Morga. La verdad es que se me ha hecho corto. 

Arriba espera Jose a que lleguemos para iniciar la bajada hacia Larrabetzu. Es una bajada divertida, donde se puede coger buena velocidad y donde las curvas no son muy difíciles, aunque es cierto que conociéndolo, todo se ve más fácil.

Subiendo Morga

Juanillo estaba en dudas de subier al Vivero pero finalmente decide subirlo. Antes de empezar a subir, quedamos en esperanos arriba.

Cómo en Morga, Jose sube fácil y en la primera rampa ya casi no le vemos. Yo, también me voy un poco de Juanillo, pero ya empiezo a estar un poco cansado y las piernas no están nada frescas. Conozco bien la subida y sé lo que queda y aunque no es un puerto excesivamente duro, a estas alturas con más de 110 kilómetros en las piernas, se me hace largo.

Sufriendo en la subida al Vivero


Cuando llego arriba, busco a Jose pero no le veo, por lo que pienso que igual está en el inicio de la bajada, pero tampoco le veo. Así que decido bajar y tirar para meta.

Los últimos kilómetros por la general se me hacen también largos y en algún momento pienso en quedarme en casa (pasamos a 100 metros) y no bajar hasta meta, pero al final decido acabarla.

La llegada, en la Gran Vía, está petada de ciclistas y tengo que echar pie a tierra a unos 100 metros de la meta. Andando llego hasta el final para recoger el trofeo. 



Allí, veo de nuevo a Jose y a Juanillo. Resulta que Juanillo me pasa subiendo y ni el me ve a mí ni yo a él. Así que cuando llega a donde habíamos quedado, han pensado que yo ya había pasado. 

Charlamos un poco y nos despedimos.

Hemos coincidido en un para de cosas: La participación femenina va en aumento año tras año, lo que es algo que afortunadamente, se está dando en todos los ámbitos. Y por otro lado, hemos visto a mucha gente con unas bicicletas de varios miles de euros, cuidadas al detalle, limándoles gramos de cualquier sitio, pero cambiando esos gramos por kilos en sus cuerpos. 

Próxima parada, Duatlón de Erandio




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