Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Duatlón Sprint de Erandio 2019

El año pasado, ésta fue mi primera experiencia en un Duatlón. Fui bastante nervioso porque había muchas cosas a las que debía estar atento.
Este año he ido también nervioso, pero porque creo que estoy bien entrenado y tenía ganas de mambo.

El día está precioso, sin viento, con sol e incluso algo de calor para las fechas que estamos, pero aunque no me gusta que haga calor, en la bici no lo noto tanto por lo que no me preocupa demasiado.

Por no tener que desmontar la rueda y tener que buscar sitio allí para aparcar, decidimos ir en metro. Me acompaña mi mujer, para darme ánimos y para sacarme alguna foto. La verdad es que es ilusionante cómo me apoya en esta pasión por el deporte. Tanto a Alba como a mí, nos gusta mucho el deporte y le hacemos pasar mucho tiempo en pistas de atletismo, crosses, carreras....Gracias! Aunque a ella creo que le gusta mucho vernos.

Siguiendo con el Duatlón, llegamos con tiempo suficiente a coger el dorsal y preparar en boxes todo lo necesario. Me lo tomo con calma, ya que me gusta repasar mentalmente el proceso de las transiciones para no dejarme nada.

Caliento un poco, pero no demasiado porque ya hace calor y no voy a salir como en el Duatlón de Eibar, que salí como pollo sin cabeza. De hecho, cuando ya voy hacia la salida, me coloco ya en las últimas filas. Es Campeonato de Bizkaia y hay mucho gallo, independientemente de que ya de por sí, la mayoría son unos galgos del copón. En Eibar, por ejemplo, el primer kilómetro lo hice sobre 3:40 y aún así, iba de los últimos.

Foto: Festak. En la salida

Dan la salida y como pensaba enseguida estoy en el pelotón de cola. Se estira el pelotón y ya por el bidegorri hay bastante sitio para correr a gusto. Sin apretar demasiado y guardando para el último sector, salen los kilómetros en un ritmo aceptable, a 3:58 el primero y a 4:08 el segundo.

Foto: Festak

El recorrido ha cambiado un poco con respecto al año pasado, pero lo que no han cambiado ha sido la cuesta que hay a mitad de vuelta que está en ese segundo kilómetro. En plena cuesta está sacando fotos Naike Ereñozaga, una gran fotógrafa a quien no conozco en persona pero que debe ser una enamorada del duatlón y del triatlón. Cuando publicó el álbum del Duatlón de Eibar, le comenté por facebook que no me había pillado en ninguna y envío alguna foto. Esta vez, según paso por la cuesta oigo que me dice "Esta vez si te pillo" y me da ánimos.

Foto: Naike Ereñozaga. En plena cuesta
 
Empiezo a bajar la cuesta para enfilar la recta final de la primera vuelta (son dos vueltas el primer sector), y al final de la recta está Patri animándome y sacando fotos. Voy muy a gusto, aunque como hace sol, voy esquinado en la calle, buscando la sombra.

Foto: Patri
 
Durante la segunda vuelta del primer sector, empiezo a adelantar a algún corredor que parece que ha salido demasiado rápido.



Al llegar a la transición, tengo un pequeño fallo, y aunque en un principio voy hacia mi bici correctamente, e incluso llego casi hasta donde está, no la veo y me doy la vuelta pensando que me he equivocado de pasillo, para enseguida darme cuenta de que no, de que voy correctamente, así que me doy la vuelta y andando empiezo a hacer la transición.


Salgo con la bici con muchas ganas. Conozco la mitad del recorrido, la subida a Unbe, y se que la voy a hacer mucho mejor que el año pasado, que llegué con muy pocos kilómetros de entrenamiento en las piernas y sin casi entrenamientos de correr, ya que acababa de salir de una larga temporada sin casi entrenar.
Foto: Festak. Saliendo de Boxes
Nada más salir a la carretera de la Ría, meto plato grande y piñón pequeño y aprovechando el viento a favor que sopla, me pongo a rodar hasta el puente de Rontegi a más de 45 kms/h. Nada más girar a la izquierda para ir hacía la rotonda de Asua, se me pone uno a rueda. De momento no intento dejarle y es que además no me lo planteo porque dudo que en llano pueda irme. Sin embargo, cuando empezamos a subir Unbe, veo que se queda un poco. Yo me encuentro muy bien, con fuerza en las piernas y cojo un buen ritmo en toda la subida, que aunque no es ni muy larga ni muy pronunciada hace su selección. Sin bajar el ritmo, empiezo a coger a bastantes participantes, dejándolos atrás sin ningún esfuerzo extra.
Un poco antes de llegar al alto, giramos y empezamos a bajar por la misma carretera para en el desvío de Akarlanda, girar y tomar dirección a la Universidad.
Justo en esta desviación uno que iba delante de mi, hace un recto y sigue carretera abajo, haciendo que me tiemblen un poco las manos por la posibilidad de comérmelo. Aunque no hay mayores consecuencias.


Foto Festak. Giro en Akarlanda
Ahora llega un tramo con algún tobogán y además sopla el viento en contra. Me adelanta algún corredor solitario pero veo que van mucho más rápido que yo, por lo que no intento unirme. Sin embargo, cuando estoy llegando a la rotonda de la Universidad, me alcanzan un par de corredores que no van tan rápido, por lo que aprovecho y pegando un par de pedaladas más fuertes, me pongo a rueda.
Va tirando uno muy grande, por lo que casi corta el viento del todo. Giramos y volvemos por donde hemos venido hasta empezar la bajada hacia la Avanzada. Con el viento a favor, antes de empezar a bajar, tengo que ir casi frenando para seguir bien a rueda así que aprovecho para tomarme un pequeño respiro.
En la bajada, seguimos los tres juntos, poniéndonos a más de 65 sin mayores problemas.

Llegamos por fin a Astrabudua. Aquí es donde está el cambio en el recorrido ciclista. En lugar de bajar hasta la Ría, giramos a izquierda para meternos por unas calles y llegar hasta el comienzo de un Vía Crucis. Es una larga subida por un camino vecinal, aunque bien asfaltado, y con unas buenas rampas y repechos.

Nada más girar a la izquierda para empezar a subir, pego un acelerón y me voy muy fácil de los dos con los que iba. Y en la subida, de nuevo como en Unbe, voy cogiendo a varios corredores, y eso que como decía antes, hay unos buenos repechos.

Foto Naike Ereñozaga. Repechón en el Via Crucis
La bajada no es tan cómoda como la de Unbe, así que hay que ir con cuidado. De nuevo en Rontegi, meto todo y voy a tope hasta la transición.



En esta ocasión no me equivoco y voy directamente a mi sitio en Boxes. Hago la transición muy rápida y salgo disparado a por los últimos dos kilómetros y medio, siendo la misma vuelta que en el primer sector, pero en el sentido contrario por lo que, la cuesta de mitad de vuelta se hace por la parte más tendida. El ritmo evidentemente no es el del principio, pero voy cómodo sin sufrir mucho a más o menos 4:25.
Justo antes de llegar a la recta de meta, me adelanta el primer popular, que ha salido 10 minutos más tarde que yo.

Acabo en 1:14:18, con más de dos minutos de mejora con respecto al año pasado, teniendo en cuenta además, que el recorrido en bici de este año ha sido mucho más duro y exigente que el del año pasado, cuando no subimos el Via Crucis.

Tal y como pasó en Eibar, acabo muy contento y con unas muy buenas sensaciones, aunque a decir verdad, por la cara que tengo en esta foto, no lo parece ;)
Foto Festak En Meta.



2 comentarios:

  1. buen post.
    animado moralmente para mi debut en duatlones. :)
    testeadoresdeocio.com

    ResponderEliminar