Próximas carreras (o al menos, intenciones)

Y la cabra tira al monte

Otra carrera más de monte. La segunda. Y cada vez me gusta más este tipo de pruebas. Y también la forma de entrenarlas. No tienen nada que ver con el asfalto. En toda la prueba se respira un ambiente distinto. No sabría explicarlo con palabras, pero me gusta. El nivel de exigencia personal es menor,y sin embargo no son menos duras que las de asfalto.
¿que por qué creo que es menor?, porque cada carrera es un mundo y no puedes intentar seguir un ritmo preestablecido. Las subidas, las bajadas, los terrenos técnicos, el barro, etc, hacen que te lo tomes todo de otra forma. Incluso en los avituallamientos puedes parar más de lo que harías en una carrera "convencional". Y como digo, todo eso no las hace menos duras, si no al contrario, porque depende del terreno en el que transcurra, las cuestas pueden ser de órdago, como en Orio, dónde había algún tramo con el 25% de desnivel. Tela.

Esta vez ha sido en Orio, dónde se celebrara esta carrera por primera vez. Os dejo la crónica:


Perfil de la carrera


A las ocho, como un clavo, ha aparecido Aimar dónde habíamos quedado. Tras un viaje tranquilo y una breve visita a Donostia , llegamos a Orio sin problemas.
Aparcamos, vamos a por los dorsales y volvemos al coche para cambiarnos. Una vez que nos hemos puesto el traje de faena, nos dirigimos hacia la salida, en la Ikastola de Orio. Nos encontramos de camino con Sanmitrek, al que no conocía y a Mugan, que estaban calentando por allí.
Charlamos un rato, hasta que llega la hora de ponerse en la línea de salida. Cada uno en su sitio, Mugan en primera línea y el resto más atrás.

Tras un Aurresku que nos bailan antes de la salida, comienza la carrera y nada más empezar llega la primera “trampa”, que aunque ya avisó en su día Mugan, no deja de ser una auténtica putada. Con apenas 100 metros de carrera, comenzamos a subir por una calle empedrada que tenía un desnivel impresionante. Casi 400 metros de subida nada más empezar. Esto me deja los gemelos un poco tocados, ya que apenas había calentado (como siempre, la verdad). Lo bueno es que no hace calor y el día está nublado, así que se sube la cuesta sin muchos problemas.

Enseguida llegamos a una zona de campas, y el terreno se suaviza un poco, pero no dura demasiado.
Cojo un grupito bastante majo, aunque estamos continuamente haciendo la goma, ya que en las subidas y en las zonas dónde se podía dar zapatilla, les dejaba atrás sin problemas, pero luego, en las zonas técnicas y en las bajadas, me pasaban como auténticos aviones.

En el primer avituallamiento, como medio plátano y un vaso de agua, y sigo corriendo para llegar bastante fresco a la primera subida al Kukuarri, en el kilómetro 7, dónde había un buen ambiente de gente animando.

Llegando la primera vez a la cima del Kukuarri

La siguiente zona, es una zona bastante técnica, con tramos en los que, de haber habido barro, más de uno podía haber acabado en el acantilado. En esa zona, he dejado pasar a algunos corredores. Estábamos entre el Km. 9 a 11. Justo después, estaba la segunda trampa. Un tramo de 400 metros, con una pendiente del 25 por ciento, calculado por Mugan. Una salvajada.
Pero lo hemos solventado sin problemas.

Lo peor ya ha pasado, y ahora sólo queda volver a hacer cima en el Kukuarri, en el Km. 14 después todo cuesta abajo, salvo otra “trampa”, justo después de pasar bajo la autopista, ya que hay una cuesta que hace daño.
Bajamos por el mismo sitio que hemos subido, así que la primera rampa, es ahora una pendiente resbaladiza por el txirimiri que ha caído, lo que hace que no me lance a tumba abierta.
Llego a meta haciendo los últimos metros, ya en llano, a tope. Al final 1:53 para los 17,9 kilómetros que me ha marcado el Fore.

En meta está ya duchado y cambiado Mugan. Charlamos un rato y viene, ya cambiado también Sanmitrek.
Esperamos a que llegue Aimar y tras un poco de charleta nos vamos para el coche a cambiarnos, porque a pesar de que había duchas, había un poco de prisa en volver a casita.

Esta ha sido la primera edición, y aunque supongo que habrá algún detalle que pulir, ha estado muy bien organizada. Muy fácil para recoger el dorsal y camiseta, sitio para dejar las mochilas, cambiarte, ducharte, muchos regalos por sorteo, lunch post-carrera, avituallamientos decentes, buena señalización del recorrido, animación, … en fin, que se nota dónde hay gente que le gusta lo que hace.

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