Historia del atletismo (del mío) - Capitulo 1- Mis primeros pasos

Este es el primer capítulo de la Historia del atletismo (del mío). No es que tenga mucho que contar, pero pensando pensando, llevo ya bastante tiempo vinculado de una forma u otra a esto de correr. Empiezo.

Aunque poca gente lo sepa, mi historia con el atletismo empezó hace muchos años. Pues ahora pensándolo con detenimiento hace 23 años. ¡¡¡ Qué barbaridad !!!

Fue en el verano de 1987. Ese verano lo pasamos en Azuqueca de Henares, y allí durante las fiestas de la “urbanización” en la que estábamos, organizaban varios torneos: De futbito, de natación, alguna carrera...
Debieron acabar de nosotros hasta el moño, porque entre mi hermano Dani y yo, nos llevamos todos los premios, incluido el de la carrera.
Pero eso fue...cosa de niños.

Tres años más tarde, es cuando se puede considerar de verdad mi primera experiencia en el atletismo.
Sería más o menos en 1990 cuando un par de amiguetes del cole nos decidimos a apuntarnos al equipo de Atletismo Santutxu. Igual está por casa de mis padres la camiseta que nos dieron. Por entonces, nuestro profesor de gimnasia, Payas, era el entrenador del equipo, o por lo menos algo tenía que ver, y le comentamos que nos gustaría formar parte del equipo.
Nos costó convencerle, pero al final conseguimos que nos apuntara y empezamos a ir a os entrenamientos. Teníamos que ir a la pista de atletismo de San Ignacio, que por aquél entonces era de ceniza. Ahora no sé de que material será. Para ir, teníamos que coger o el autobús o el tren, ya que entonces aún no había metro. Era casi una excursión.
Nos jartamos a dar vueltas a la pista, pero nos lo pasábamos bien. De todas formas yo no iba a los entrenamientos todo lo que debería, pero es que seguía jugando a waterpolo, y ese era mi deporte. El ir a correr era como un juego.

Cuando ya llevábamos un tiempo entrenando llegó la primera, y única, competición oficial en la que he participado.

No recuerdo dónde fue, pero sí me acuerdo que fueron 1000 metros y que llegué el último. No tengo ni idea de que tiempo hice pero seguro que hoy en día me pegaba a mí mismo un buen repaso.

Ese día me levanté nervioso, mucho más que cuando tenía partido de waterpolo. Hasta que dieron la salida no me calmé un poco. La carrera se me hizo eterna, y más viendo como el resto de participantes me sacaba un mundo. Eso sí, los y las atletas que estaban esperando a competir, no paraban de animarme. Que vergüenza pasé. Y luego en le vestuario, mientras me cambiaba, oía a los demás hablar de sus tiempos, de sus carreras...

Ese fue el último día que me dediqué al atletismo oficialmente. Creo que seguí entrenando unas semanas más, pero lo dejé enseguida. Era demasiado malo en comparación con los federados, aunque en el colegio sí que era de los más rápidos.